Pues nada, a seguir hablando del dichoso ‘villarato’. Creo que es mejor opinar ahora, de una vez por todas, porque lo vamos a tener hasta en la sopa de aquí a final de Liga. Pobre Mtiliga, si supiera hasta dónde va a llegar este asunto por haberle buscado las cosquillas a Cristiano Ronaldo. De haber estado quietecito en aquella jugada que recordaremos ad nauseam, el brazo de ‘CR9’ no habría ido a parar a la nariz del malacitano y, por ende, no se habría montado todo este guirigay entre la prensa de Madrid y Barcelona. Y dado que en este país aborrecemos la calma chicha porque nos gusta la bronca, aunque Mtiliga marque mañana el golazo del siglo, dentro de unos años se le recordará como el hombre que hizo reflorecer el ‘villarato’ a su máximo apogeo.
La cantinela de la connivencia entre árbitros, Madrid y Barça ya está muy manida, pero sigue siendo verdad. El poder fáctico del fútbol español viaja en puente aéreo cada cierto tiempo porque es lo que interesa para el negocio. Hasta finales de los ochenta, era el club merengue quien hacía ojitos al estamento arbitral, hecho que cambió radicalmente con el ‘nuñismo’ de los noventa, ¿quién no recuerda aquel calamitoso y descarado arbitraje de Gracia Redondo en la segunda liga que perdió el Madrid en Tenerife con tres penaltis clarísimos no pitados?
Años después llegó Florentino Pérez y su discurso empezó siendo muy afín a la Federación, ¿qué me decís del gol anulado a Rivaldo en el último minuto de un Madrid 2-Barça 2 del 2001, con Figo vestido de blanco? Al día siguiente todos los telediarios abrieron con la imagen de desesperación del brasileño y de Guardiola intentando convencer al árbitro Losantos Omar que reflexionase sobre su gran cagada.
El problema institucional del Madrid de los ‘galácticos’ fue la presunción en las elecciones a la presidencia de la RFEF del 2004: Florentino apoyó al candidato Gerardo González (al igual que la mayoría de presidentes de Primera) y no a Villar, a la postre ganador. Ahí Laporta anduvo listo y se alineó con el gran favorito. Desde entonces, al Barça no le ha ido nada mal. Si recordáis algún fallo garrafal en contra de los azulgranas en los últimos años, hacédmelo saber en el blog.
Con todo, Barça y Madrid no se pueden quejar de nada, porque entonces vendría la rebelión de los veintitantos clubes restantes que han aguantado sinvergonzonerías arbitrales de todos los calibres. Cierto es que a los árbitros que han seguido al dedillo las siempre supuestas directrices del comité arbitral no les ha ido nada mal: Rodríguez Santiago se hizo el sueco en el manotazo que le sirvió a Messi para marcar en el decisivo Barça 2- Espanyol 2 de la Liga 2006/07 y a los pocos días le premiaron con la final de Copa de esa temporada. Y no os quiero contar si lo extrapolamos al mundo FIFA: la cara de idiotas que se les habrá quedado a los irlandeses al enterarse de que su ‘hombre del año’, el sueco Martin Hansson, irá al Mundial…¡en calidad de árbitro principal! Al parecer, sólo a un puñado de irlandeses les molestó que Henry echara una mano (literal) a su nación para que no se perdiera la cita de Sudáfrica.