
El partido: Respetando el Olympiacos-Barcelona Regal, la semifinal que enfrentará a Panathinaikos y CSKA de Moscú tiene el aroma de un partido ya clásico por la rivalidad de los dos equipos en la última década y por la curiosidad que produce ver que recursos utilizará Obradovic para compensar el teórico favoritismo de la súper plantilla rusa. Hay partidos para ver y otros para ver y grabar, creo que éste es uno de ellos.
El Barça. Nadie podrá acusar a Xavi Pascual y su equipo de haber hecho una mala preparación. LLegan en el mejor momento del año y al habitual talento de Navarro y Lorbek suma la capacidad competitiva de Mickeal y Eidson o el poderío físico de Vázquez, N´Dong y Perovic. Puede haber alguien tan favorito como ellos, pero no más, se lo han ganado.
Los bases. Su rendimiento suele ser decisivo en estos partidos pero hay que poner esta reflexión en cuarentena. Panathinaikos y CSKA crecen cuando Diamantidis y Teodosic están muy acertados pero el Barcelona es un equipo poco dependiente del rendimiento de Marcelinho y Sada. De hecho los bases del equipo catalán no acaban de redondear una buena temporada. Veremos si en Estambul el equipo necesita más de ellos.
Olympiacos, un escalón por debajo. Siempre hay que respetar a un campeón de Europa, pero sería una gran sorpresa que el conjunto entrenado por Ivkovic obtuviera el título. En cualquier caso, su temporada es muy positiva, en noviembre parecía un equipo sin alma, debilitado y con un entrenador pasado de rosca, mañana jugará por acceder a la Final de la Competición, las cosas del deporte. Aún así si simplificamos la comparación con sus rivales en términos como talento y capacidad atlética, está por debajo de ellos.
CSKA. Probablemente los momentos de juego más brillantes en la competición los ha ofrecido el equipo ruso. Tiene de todo, buenos pasadores, muchos tiradores y referencias dominantes en el juego interior. La Final Four pone a prueba su alma y su capacidad competitiva, por ahí es por dónde se pueden agarrar al partido el Panathinaikos y el Barça en una hipotética final. Hubo algún detalle en la serie contra Gescrap Bizkaia que me dejó alguna duda sobre el empaque de este equipo cuando no todo va rodado.
¿Y el relevo? Analizando los nombres que serán protagonistas en Estambul te das cuenta de que estamos ante una generación magnífica de jugadores a los que está costando encontrar relevos. Salvo el ruso Shved y la mayor juventud de Teodosic, los Navarro, Spanoulis, Siskauskas, Diamantidis, Jasikevicius y compañía siguen siendo los jugadores-referencia de sus equipos. Jugadores veteranos pero de un nivel máximo que les ha permitido ser competitivos durante mucho tiempo y obligar a sus equipos a rodearles de jugadores que les permitieran llegar a esta cita. No es que los que vienen sean malos, es que ellos son absolutamente extraordinarios, merece la pena disfrutarlos una vez más.