El “caramelo envenenado” Diego Costa
Mircoles, 16 Octubre 2013Cuidado con Diego Costa. ¿Un caramelo envenenado Diego Costa? Diego ha eclosionado en el Atlético de Madrid de Simeone. Fuerte físicamente, talento con irisaciones deslumbrantes, instinto goleador y gladiador jaquetón. Costa, de pronto, se ha convertido en objeto de deseo de Scolari y de Vicente Del Bosque.
- A Del Bosque le gusta. Ha hablado con él. Diego, hace unos días, fue explícito. Se ha formado en España, donde se siente feliz, y ha salido del cascarón , como futbolista, para, en poco tiempo, gallear.
Acontece, sin embargo, que Diego es brasileño y que Scolari, que “casi” no contaba con él, dice ahora que sí, que lo tiene incluido en su lista de elegidos.
-¿Problema pues?
Lo hay, sí. Y lo hay por el hecho, sobre todo por este hecho, de que la sede del Mundial del año que viene es Brasil.
- Las ideologías son a la política lo que el forofismo al fútbol.
Tanto los ideólogos forofos como los forofos ideólogos son peligrosos. Pensamiento de un político muy aficionado al fútbol que se ha retirado de la política. ¿Causa de su abdicación?
-Soy ideólogo del PSOE -me explica-. Pero un ideólogo liberal, nada forofo. Estaba aburrido de las necias pugnas dialécticas entre el PSOE y el PP.
Pugnas negativas para España, pugnas en las que España es sólo el cuadrilatero en que dirimen prioritariamente sus intereses de partido. Eso no es hacer política, eso es aprovecharse de la política para hacer daño a España. Y a su unidad. El fútbol, como suelo reiterar, es también política. Y el forofo brasileño es más forofo que el forofo español.
-¿Qué vais a hacer con Costa? ¿Le vais a presionar para que “fiche” por la selección española?
En la Federación Española de Fútbol, a Dios gracias, hay cacumen.
- Si Costa quiere jugar el Mundial con España o con Brasil -me dicen- es algo que debe decidir él. Sólo él. Que sopese él las consecuencias de su decisión. Brasil le haría imposible la vida a España en el Mundial si sospechase que le hemos “robado la voluntad de decisión” a Costa.
Costa, por lo tanto, no será un “caramelo envenenado” para las relaciones deportivas y políticas entre España y Brasil.