Extrañando a Terenci Moix
Hoy subà al tren en la Gare de Lyon a las 12 y 30, como es un tren que hace el trayecto cotidiano de ParÃs a Laussane, o sea que es un tren suizo, partió en punto pile. Enseguida me puse los cascos de música, y abrà El sexo de los ángeles de Terenci Moix (segunda lectura).
Yo no conocà mucho personalmente a Terenci Moix, pero lo he leÃdo bastante y lo sigo releyendo; les confieso que lo extraño, es una pena que no podamos seguir leyéndolo en sus columnas, a veces vitriólicas, invariablemente divertidas, siempre cultas, incluso hasta fanfarronas. Una pena.
Hoy vivirÃamos mejor, sin menos complejos, si existieran más escritores como Terenci Moix. No he leÃdo un mejor retrato de esa sociedad catalana y española de los sesenta y setenta que en su pluma. Y me habrÃa gustado leer sus opiniones sobre lo que es esa sociedad hoy en dÃa, una sociedad que muy pocos critican, no sé qué ha pasado, no sé dónde están los grands gueules, tal vez replegados en su carapazón polÃticamente correcto. Puedo entenderlos, no saben cómo.
No dejen de leerse de nuevo El sexo de los ángeles, para aquellos que ya lo leyeron, los que no lo han hecho todavÃa, pues, ¿qué esperan? ¡Corran!
Terenci Moix es uno de los autores que me perdà de conocer de cerca, por culpa de mi timidez, pero creo que él también era sumamente tÃmido. Gran criticador, comme il faut, gran escritor sobre todo.
De cualquier modo, Terenci, gracias.
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