La inminente llegada de una tormenta solar han hecho saltar los rumores de que esta supondría el principio del Apocalipsis, y la preocupación por no conocer sus efectos ha ido creciendo cada vez más.
Se parte de la base de que el sol es una esfera de gas que genera campos magnéticos como si se tratase de un imán. Cada cierto tiempo -unos once años aproximadamente- estos campos cambian su configuración liberando de forma violenta gran parte de energía y lanzando gas a la atmósfera que acaba en el espacio.
Si este chorro de energía es lanzado hacia la Tierra se produce una tormenta geomagnética -o tormenta solar-. Como es natural, el campo magnético terrestre puede repelerlo por completo o que parte de los rayos penetren en nuestra atmósfera a través de los agujeros de la capa de ozono provocando la subida de las temperaturas y la creación de auroras boreales y australes.
En la mayor tormenta geomagnética conocida hasta el momento, producida en 1856, las erupciones que se produjeron en el sol se pudieron ver desde Madrid, Roma, La Habana o Hawaii, extraños lugares dada su latitud. Como ha ocurrido también esta vez, muchos aparatos tecnológicos fallaron sufriendo cortes y cortocircuitos.
Cómo actuaremos en España
Otra consecuencia de la tormenta solar es la creación de corrientes adicionales en los conductores metálicos como el tendido eléctrico. De hecho, en Canadá hace unos veinte años se quemaron varios generadores eléctricos y se fundieron las líneas de alta tensión.
Cuando estas corrientes son enormes también afecta a gasoductos y oleoductos porque oxida las vías por las que se transportan suponiendo unos altos costes de arreglo para la industria. Precisamente por esta razón las empresas están tan interesadas en conocer cuándo se van a producir las tormentas solares, para poder prevenir sus efectos.
España se ha sumado a Alemania, Francia, EEUU o Reino Unido en la búsqueda de un protocolo de seguridad para la prevención de daños tecnológicos provocados por los fenómenos naturales. Extremadura ha detallado una serie de actuaciones para que la prevención sea lo más efectiva posible, dando consejos sobre cómo hacer acopio de alimentos por persona, dónde dirigirse o qué tener en el botiquín, como gasas estériles y yodo.
Ante la preocupación de si de verdad el fenómeno de las tormentas solares puede afectar de un modo drástico a la vida humana, los científico del CSIC son rotundos al afirmar que es posible, pero muy improbable.