Cine

Joan Pera: Después de este premio podré dedicarme al cine

Barcelona, 14 dic (EFE).- El actor Joan Pera, que hoy ha sido distinguido con el Premio Gaudí de Honor de la Academia del Cine Catalán, no oculta su incredulidad por este reconocimiento y se siente como una "cenicienta que no quiere que lleguen las doce", pero ve una oportunidad para ahora dedicarse al cine.

Hombre de teatro y de televisión, apenas se ha asomado como actor en una decena de películas, en algunas con un fugaz cameo, pero en la gran pantalla se le recuerda como la voz de Rowan Atkinson en Mr.Bean y, sobre todo, como el alter ego, tanto en catalán como en castellano, de Woody Allen.

En una entrevista concedida a Efe, Pera señala que "este premio es inesperado y totalmente sorpresivo", un galardón que quiere compartir con "todo el público que me ha seguido durante tantos años" y con su generación, "a todos los que no han llegado y que hemos estado luchando para conseguir un lugar en la interpretación".

Reconoce que es verdad que ha hecho "poco cine", pero el cine, señala, "ha representado mucho para mí; vengo de una generación que veíamos cine todos los domingos y vivíamos de esa experiencia toda la semana".

Parafraseando a su admirado Woody Allen, Pera comenta que "el cine es ese maravilloso mundo en el que entrabas y te olvidabas de las penas cotidianas" y confiesa que incluso cuando doblaba "cada película era un aprendizaje, por estaba dentro del cine".

Un premio, subraya el actor, siempre es "una anécdota en la vida", pero un premio de honor ya es "una categoría", y "a veces te lo dan por que eres mayor, pero espero que no sea demasiado mayor, que no piensen que me retiro. Después de este premio podré dedicarme al cine".

Atribuye su singularidad como artista, tanto en teatro como en televisión, en cine o en doblaje a que es "más un actor que pone de si mismo, que no un actor interpretativo".

Durante la entrevista, Pera repasa su filmografía desde "La rebelión de los pájaros" (1982), de Lluís Josep Comeron, donde hacía "un papelito muy pequeño con el que llegué a casa y dije 'ya soy actor de cine'; hasta la reciente "Yucatán".

Con Comeron repitió en "Un genio en apuros" (1983), en el que interpretaba a "un recién casado que iba en un barco y se mareaba tanto que no conseguía hacer nada".

"Xtrems" (2009), de Abel Folk y Joan Riedweg, fue, según sus palabras, "una película preciosa sobre la droga, un mundo del que he tenido algún conocimiento" y en la que, como en todas sus actuaciones, intenta "poner un toque de verdad" a su trabajo, aunque esté haciendo una ficción. Precisamente, recuerda: "Me dieron un premio en el festival de cine de Seúl, "por la verdad que había puesto en la interpretación".

De su siguiente trabajo, "23F: La película", de Chema de la Peña, recuerda la anécdota de que inicialmente le ofrecieron un papel de guardia civil, que no veía por su trayectoria cómica, y fue entonces cuando le dijeron que "sólo quedaban por cubrir los personajes de Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo"

Al cabo de un día, Pera aceptaba ser Carrillo, con el que "además me parezco", igual que le sucedió con su siguiente personaje, Pau Casals, al que da vida en "La fuerza de un silencio": "Cuando pones algo de verdad, te acabas pareciendo al personaje", dice.

En el repaso, Pera desmiente la "leyenda urbana" de que apareciera en "Vicky Cristina Barcelona", el filme que Woody Allen rodó en la ciudad condal. "No llegué a salir en la película, aunque me lo habían propuesto inicialmente, pero como doblaba a Allen era tan simpático que estuviera que la gente se lo creyó".

Posteriormente, tuvo oportunidad de conocerlo personalmente y el norteamericano le dijo: "Gracias a ti soy más héroe de lo que soy en realidad".

El doblaje, asegura, le ha dado la oportunidad de "aprender mucho del cine", desde la primera ocasión que cedió su voz a la gran pantalla con "Los cuentos de Canterbury", de Pasolini. Y en su sana ingenuidad, si alguna de esas películas recibía un premio, sentía que era también un poco de él.

Califica "Yucatán" (2018), de Daniel Monzón de "maravilla de película, bonita de ver, con sus puntos graciosos, divertidos, sus paisajes maravillosos, que condensa la esencia del cine en todos los aspectos, en personajes, en imágenes, en las grabaciones, y que está hecha con mucho amor durante los tres meses que duró el rodaje".

Preguntado por cuál personaje le gustaría interpretar, Pera responde con su sencillez habitual: "Uno bonito al que pudiera aportarle algo de mí" y añade que está "abierto a todas las posibilidades, pero si me dieran un mafioso al menos que sea gracioso".

No tiene un director concreto con el que le gustaría trabajar, pero se muestra "dispuesto a amar al director que me llame" y agrega: "Nunca pensé que trabajaría con Daniel Monzón, ni con José Luis Cuerda, con el que hago un cameo en 'Tiempo después', porque nunca he sido demasiado de nada, ni demasiado guapo, ni demasiado alto, ni demasiado rubio, ni tan interpretativo como Al Pacino o como actores españoles como Luis Tosar, del que admiro mucho esa empatía que tiene con la cámara".

De la historia del cine, Joan Pera tiene numerosas películas fetiche: "Qué bello es vivir", que "condensa toda la magia del cine"; el espectáculo de "Lo que el viento se llevó", momentos de Charlot; Joseph Losey; el Visconti de "El Gatopardo", Woody Allen, "El esplendor en la hierba", "Al este del edén", "El apartamento" y todas las de Jack Lemmon.

Por Jose Oliva

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