No era difícil de adivinar. La primera medida que ha adoptado la nueva ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, no podía ser otra: nuevas ayudas para el cine español.
Tal y como adelantó elEconomista, el Gobierno sufragará los costes de los avales para que los productores puedan obtener créditos con los que materializar sus proyectos. Los avales serán concedidos por Audiovisual SGR, una sociedad participada a partes iguales por el ministerio y los productores cinematográficos, agrupados en Egeda.
Créditos...de cine
Gracias al nuevo acuerdo, Cultura sufragará ahora todos los gastos derivados de su formalización -el 1,5 por ciento del importe avalado como comisión por el riesgo y el 0,5 por ciento por los gastos de estudio-, dejando además la puerta abierta a que otras industrias culturales puedan lograr el mismo tipo de apoyo. Audiovisual SGR cuenta ya con 300 empresas asociadas y en sus tres años de vida ha facilitado avales por 40 millones, lo que ha facilitado una inversión inducida de 180 millones de euros.
Debido al cerrojazo bancario, el número de avales se incrementó el año pasado un 35 por ciento y la previsión en 2009 es que el incremento alcance incluso el 50 por ciento.
"Con estas ayudas, se pretende paliar los efectos derivados de la crisis financiera mundial, que afecta particularmente a las empresas del sector cultural", aseguró ayer González-Sinde. El objetivo, dijo, es "promover condiciones de inversión y modernización que fomenten la productividad".
Conflicto de intereses
La medida, que va dirigida a pequeñas empresas, resulta polémica porque la ministra tiene múltiples relaciones con el sector del cine y, según han denunciado las organizaciones de internautas, podría estar incurriendo en un posible caso de incompatibilidad.
González-Sinde era hasta la semana pasada presidenta de la Academia del Cine y las Artes Cinematográficas de España, dirigió el sindicato de guionistas y recibió múltiples subvenciones de Cultura para sus películas. Además, sigue como administradora de tres sociedades vinculadas al cine y su hermano, su tío y su actual pareja se dedican también al negocio de la gran pantalla.
Lla ministra rehusó, sin embargo, pronunciarse al respecto, limitándose a decir que "eso es algo que tendrán que estudiar los organismos competentes o expertos en esa materia jurídica".
Después de haber criticado hace un año la banda ancha, llegando a cuestionar la necesidad de mayor velocidad de acceso a la Red, dio por otro lado marcha atrás y tendió la mano a los internautas. "Que no se preocupen, porque Internet es imparable. Va a seguir siendo la herramienta prioritaria de difusión cultural y de comunicación de nuestros tiempos", aseguró. Lo que no aclaró es si piensa seguir los pasos de Francia e intentar castigar las descargas de los programas de intercambio de archivos (P2P) con el corte del servicio durante un año.
Todo indica que el objetivo de la nueva ministra es reunirse con todos los sectores afectados antes de tomar una decisión. Dada su trayectoria, y a la espera de lo que pueda pasar, las sociedades de gestión de derechos de autor se están frotando ya las manos.