El Pasillo Verde ferroviario de Madrid, desde Príncipe Pío a las estaciones de Pirámides y Delicias, es un gran templo masónico al aire libre. "Todo lo que está oculto es visible, lo que es visible está oculto". Este apotegma explica, en buena parte, el simbolismo masónico. Y desarrolla "la verdad" de edificios, ermitas, parques y monumentos que a "ojos del no iniciado" no deja de ser lo que parece. Pero, al menos en su estructura arquitectónica, son otra cosa: una ofrenda "A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo", el principio creador de todas las cosas o el símbolo de Dios para la masonería, que cada vez más regresa a sus orígenes católicos.
Las logias masónicas -aunque escasamente numerosas en Madrid- han ido dejando sus símbolos regados por la ciudad, y casi siempre fechados en periodos de gobierno "progresista", que es la fuente ideológica que más caracteriza al masón.
Un vistazo al Madrid de la masonería
Nota: Desplácese por el mapa para ver los diferentes monumentos
Ver mapa más grande
"Hay pequeños relicarios: como la fachada del Ministerio de Agricultura, la ermita de San Antonio de la Florida, la antigua Escuela de Ingenieros de Caminos o el paseo de las Acacias -el árbol sagrado y árbol de la sabiduría para los masones-, pero la gran obra de la masonería madrileña es el Pasillo Verde Ferroviario con sus columnas salomónicas y, sobre todo, la Puerta Sur -la puerta del cielo- levantada en el parque Tierno Galván, detrás de la estación de Delicias y a pocos metros de la estación de Méndez Álvaro", confiesa un buen conocedor de la "cultura" masónica que prefiere no mostrar su identidad.
Imagen del Ministerio de Agricultura en Madrid. Foto: Archivo.
¿Qué hay de cierto?
El arquitecto que diseñó la Puerta Sur y posterior gerente del Pasillo Verde Ferroviario, Manuel Ayllón, publicó en 1993 todo un libro, "El acercamiento profano al arte sagrado", donde explica el significado de la Puerta inaugurada el 1 de junio de 1992 por el alcalde, José María Álvarez del Manzano, y la presidenta de Renfe, Mercè Sala, y de toda la prolongación del Pasillo Verde, convertido hoy en uno de los barrios más cotizados del centro de Madrid.
La Puerta Sur es, por tanto, una obra pública instalada en el barrio de las Delicias y promovida por el Consorcio Urbanístico Pasillo Verde Ferroviario, formado por Renfe y el Ayuntamiento de Madrid.
Ni la empresa pública ni la administración municipal explicaron nunca el contenido de la Puerta Sur ni de las columnas salomónicas del Pasillo Verde. Ni tampoco parece, según varias fuentes, que, al menos a nivel oficial, supieran que eran símbolos masónicos.
Si el Pasillo Verde se cierra con la Puerta Sur o está sembrado de columnas salomónicas (ver foto a la izquierda) con puntos kilométricos y de figuras geométricas construidas con triángulos perfectos por toda su superficie -lo que está arriba está abajo y viceversa- ha sido por el "interés" de los arquitectos y constructoras fieles todavía a la "tradición" y al "simbolismo".
En el caso de la Puerta Sur, el diseño simbólico corrió a cargo de Manuel Ayllón y construyó la empresa Huarte. Tampoco ha costado una peseta ni al Ayuntamiento ni a Renfe.
Así es el "camino" de la masonería
La masonería utiliza la arquitectura para "mostrar el camino", como ya hicieran los constructores de las catedrales medievales, inspirados en las obras de la antigüedad, especialmente en las pirámides egipcias y el llamado templo de Salomón
Habría que aclarar el sentido del simbolismo en la masonería, sobre todo el arquitectónico, que propugna la proporcionalidad, el equilibrio, la armonía.
"El hombre, desde tiempos inmemoriales -dice Ayllón-, ha configurado espacios que fueran el reflejo de su fe en una ordenación suprapersonal. Estos espacios, lejos de mediatizarle, le potencian en la parte más noble y auténtica que todavía conserva: la parte moral, intelectual o espiritual".
Es decir, la construcción de edificios, entre otras cosas, como una metáfora del comportamiento humano y, a la vez, un acicate. Exactamente, por ejemplo, como los templarios y sus iglesias.
Una concepción renacentista
Los masones practican todavía la concepción renacentista del hombre total, como Leonardo da Vinci: matemático, científico, astrólogo, artista, alquimista, mitólogo y que se vincula a los antiguos "maestros constructores". Por consiguiente, su obra es "total". En la Puerta Sur, todo, hasta el número de farolas, tiene su explicación "sagrada".
¿Por qué la Puerta Sur y su chimenea color bronce detrás son la puerta del cielo? En primer lugar, porque, para los masones, se erige en el centro sagrado de la ciudad. Y el centro, que representa el número 5 -el "centro" de los nueve números-, simboliza la unión, la concentración de todas las fuerzas. "Lo que está arriba, baja. Y lo que está abajo, sube".
Los dos ejes de la masonería arquitectónica
Así, su ubicación corresponde al punto donde se cruzan dos coordenadas, la terrestre y la celeste. El primero corresponde al eje que se traza uniendo en línea recta el Observatorio Astronómico, el cerro Negro y el cerro de los Ángeles con su "Sagrado Corazón". La unión de lo astral, lo oscuro y lo celestial. (Ver mapa arriba)
El segundo eje es el de Dionisios, es decir, la línea recta hasta la tierra santa, Jerusalén.
Y que en Madrid lo marca la iglesia de la Cruz, construida sobre las ruinas de otra iglesia, la templaria de la orden de los Calatravos (ver foto a la izquierda) y, en el otro extremo, la torre de hierro Laus Deo -a la gloria de Dios- erigida delante de la estación de Delicias, y el teatro del parque Tierno Galván.
Lo que representa el peregrinaje, entre otros muchos significados que van desde Hermes Trismegisto al bíblico Hiram, dos "deidades" masónicas.
Barandales con triángulos equiláteros
No acaba todo ahí. Para los masones, "entrar" al cielo -evidentemente desde el punto de vista espiritual- por una de las dos rampas, una por eje, conlleva mensajes y experiencias distintas (ver foto a la izquierda).
La pasarela más corta -hacia el norte y con entrada por el parque Tierno Galván- "representa la sequedad alquímica", es decir, la vía intuitiva. La más larga -con acceso desde la estación- es la "vía húmeda", la reflexiva. Las dos están llenas de más simbolismos: de todo hay cinco o múltiplos de cinco, triángulos equiláteros -la medida perfecta- y círculos en los barandales.
En la encrucijada, un tablero de ajedrez -el cuadrado de Mercurio-, símbolo de la unión de lo líquido y lo sólido en su acepción química, y con tres farolas a un lado y tres a otro. 33. La edad de Cristo. Exactamente la misma medida de la Puerta. "Por ella se alcanza la sabiduría".
La columna tubo es más alta, 49 metros. "Siete veces siete. Las siete direcciones". La columna tubo, coronada con la inscripción "A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo" y construida en cinco cuarteles, y el "enrejado" de los barandales están, a propósito, mohosos. "Para que, con la lluvia, el cielo se una a la tierra".
Y es que el suelo, precisamente, ya tiene color de moho.