El Gobierno británico desempolva sus "Expedientes X", los lustra y los expone en Internet. La previsión anunciada es de hacer público en cuatro años 200 documentos de avistamientos, algunos de hasta 450 folios, todos presuntamente investigados por el Ministerio de Defensa británico entre 1978 y 1987.
Ya ha adelantado ocho en http://ufos.nationalarchives.gov.uk/, incluidas fotos. ¿Y qué vemos? Luces inexplicables, simples discos en el cielo, diseños tópicos mil veces vistos en el cine… e irremediablemente parecidos, por ejemplo, a los pergeñados por el invento UMMO, el gran fraude de la ufología española.
Y muchos testimonios: de ciudadanos corrientes, de policías, de pilotos de las Fuerzas Armadas, que informan de "hechos paranormales". Hay al menos un 10 por ciento sin una aparente explicación lógica, según el portavoz del gobierno británico.
Eso es lo extraño: sólo el diez por ciento. A juzgar, entre otras razones por una de las conclusiones de un informe de 1979: "El Gobierno de Su Majestad nunca ha recibido la visita del espacio exterior", suceso, en sí mismo, sin explicación lógica: no ya del oficial que la escribió, sino hasta del que ordenó investigar si el GO-BI-ER-NO había sido abducido.
Historias alienígenas
Un tipo escribe y narra que ha presenciado cómo una nave espacial derriba a otra "a tiros" –ellos, aparentemente tan civilizados–, que hubo un superviviente, llamado Algar, con el que trabó contacto desde niño, que le convenció para que se entregara a su Graciosa Majestad, pero que, vaya por Dios (cuya protección a la Reina, por lo que se ve, incluye a las fuerzas del Más Allá interplanetarias), fue asesinado por los otros extraterrestres justo cuando había aceptado. No precisa si eran de la misma nacionalidad, religión o club de fútbol.
Tamaña descripción, enviada con acuse de recibo dos años después de los hechos, es sometida a “comprobación” del Ejército. Por supuesto, no se encontró el cadáver. Aunque, el testigo-amigo ofreció un dato extra: quizás una "garganta profunda". Eso es: mantenía comunicación telepática con un extraterrestre llamado Malcben, del planeta Platone en la vía láctea. ¿Pero Platón es o no es planeta? ¿Y acertamos con el nombre?
"Expedientes X" británicos
Los marcianos son entonces marcianos. Seguro. El director del Observatorio Astronómico del Vaticano, el argentino José Gabriel Funes (¿para qué quiere el Vaticano un observatorio? ¿Todavía dudan de Galileo?), curiosamente había declarado el día antes de ser conocido que la ciencia ficción entre los británicos goza de buena salud: "Se puede admitir la existencias de otras vidas, incluso más evolucionadas que las nuestras", apuntó. Es obvio, que Galileo ya está abducido por el Vaticano.
Es obvio, también, que el Ministerio de Defensa británico haya decidido que, durante los próximos cuatro años, dejará al descubierto sus "Expedientes X" poco a poco, lentamente, para contento de los ufólogos.
Cuatro años de sorpresas en virtud de la Ley de Libertad de Información, que permite el acceso público a documentos en poder del Gobierno. Todo muy lógico.
Un hombre de 78 años admite haberse encontrado con un extraterrestre en Aldersshot (Hampshire) en 1983, explica que le condujo a una nave, la describe y acaba afirmado que le dejaron libre porque "no servía" por su edad, ¿Para qué? Clientes de un pub en Tunbridge Wells dijeron haber visto un objeto con luces verdes y rojas que se dirigía al aeropuerto de Gatwick. Vigilantes del Metropolitan confiesan que durante horas vieron un obejto en el cielo moverse erráticamente de arriba abajo, y de derecha a izquierda...
Un periódico argentino, recordando quizás la derrota de Las Malvinas, tituló al día siguiente del anuncio y de que se conocieran los primeros casos: "Seres extraterrestres han visitado Gran Bretaña durante años". Y subtítulo: "Los avistamientos de Objetos Voladores No Identificados (OVNI) se duplicaron a partir del estreno de la película 'Encuentros Cercanos' en 1977, de acuerdo con archivos secretos que fueron hechos públicos en Inglaterra". ¡Por fin un hecho verdaderamente lógico!
La filosfía de "Encuentros en la Tercera Fase"
Alea jacta est. ¿Por qué no comenzaron por ahí? ¿"Encuentros cercanos"? Sí: traducción literal de su título en inglés, que en toda Hispanoamérica se amplío a "Encuentros cercanos del tercer tipo", o sea, en España "Encuentros en la Tercera Fase". ¿Y todavía dudamos del poder de sugestión del filme? ¡Viva Spielberg! Dios de los ufólogos del mundo.
Al menos, ya sabemos que ni los pequeños hidrocéfalos ni la reiterativa E.T. (segundo advenimiento de Spielberg) son verde por casualidad (en realidad, en "Encuentros" son grises, pero verde la luz que emana de la nave cuando aterriza en "Torre del Diablo" (Wyoming). Los extraterrestres son verdes: todos. Ahí hay consenso en Gran Bretaña. Todos los tonos, brillos y contrastes posibles (y hasta probables), pero verdes: "Según los documentos oficiales del Ministerio de Defensa, las naves espaciales son de distintas formas, tamaños y colores, pero sus ocupantes son invariablemente de color verde".
Y, por supuesto, gozan abduciendo, incluso manteniendo relaciones sexuales, que es un viejo y repetitivo testimonio de muchos de los testimonios, británicos o no, abducidos: en busca de una raza universal… alienígena.
Martin Gardner en su famosa crítica en The New York Review of Books de la novela que Spielberg ¿escribió? a partir del guión de la película en 1978 califica el credo ufológico de religión pop… y, de paso, no dejó alienígena o títere, que lo mismo da, sin cabeza (por grande que fuera) fustigado la reiteración y alevosía del director. Probablemente la peor novela de la historia.
El misterio es que la perpetrara Spielberg, y no Joseph Allen Hynek, otro de los dioses panteístas ufológicos, que participó durante 1947 a 1969 en las investigaciones sobre ovnis de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Su método consistía en aportar luz (o sea, explicar simplemente que un presunto ovni no era más que un estrella en fuga, por ejemplo) en donde otros veían extraterrestres. Exacto, hasta que se quedó sin trabajo, cuando los EE UU decidieron abandonar el rastro alienígena, más atemorizado por los rusos y los misiles de Cuba.
Justo cuando Hynek descubre que es más rentable, ahora, decir que donde dije digo, digo platillo volante, identificado o no. "La experiencia ovni" es su Carta de San Pablo o sea su testimonio tras la caída del caballo y el aumento de su cuenta corriente. Y, por supuesto, el que inspiró a Spielberg. Sobra decir, que el genio cinematográfico sacó incluso a Hynek en la película, que, ahora se sabe, disparó la imaginación en Gran Bretaña. Pero lo mismo ocurrió en medio mundo.
Es un tema infinito: porque si Spielberg lleva a Hynek, éste enlaza con Jacques Vallée, otro astrónomo y ufólogo, aunque francés, autor de Pasaporte a Magonia (1969), libro en el que propuso que "los seres de los ovnis actuales pertenecen al mismo tipo de manifestaciones que se describían en siglos pasados secuestrando humanos y volando a través de los cielos". O sea: ángeles, demonios, hadas, elfos y extraterrestres son sinónimos.
Y a todos los une Charles Berlitz, el padre del triángulo de las Bermudas…
Las dudas de Spielberg
Uffff. Pero todo nace y muere con Spielberg. No está en los expedientes británicos, pero se echa en falta la confesión del cineasta hace tres años: "Ya no estoy tan seguro de la presencia de vida extraterrestre entre nosotros como veinte años atrás.
En los 70 yo estaba absolutamente convencido de que estábamos siendo visitados. Es lo que reflejé durante el rodaje de Encuentros en la tercera fase, y después con ET.
Pero no me han convencido mucho las pruebas que se han aportado desde entonces. A diferencia de los años 60 y 70, ahora poseemos millones de videocámaras y, no obstante, no hemos conseguido mejores evidencias. Las imágenes de los ovnis de hace treinta años no han cambiado y siguen siendo de objetos que no requieren necesariamente una tecnología extraterrestre".
Sin pruebas concluyentes
Con un curioso paralelismo con el argumentario de Hynek, el ufólogo Nick Pope, que investigó alguno de los "Expedientes X" liberados por Gran Bretaña, lanza la piedra y esconde la mano: "No hay evidencia de pequeños hombres verdes en estos archivos, aunque son de un inmenso interés para escépticos y creyentes".
¿Puede ser algo a la vez fundamental para escépticos y creyentes? Quizás ahí reside el enigma ovni: no hay pruebas concluyentes.
"Los avistamientos de ovnis son posiblemente una mala identificación de luces de aeronaves y meteoritos, pero algunos son más difíciles de explicar, y hay ovnis vistos por agentes de la Policía y pilotos, y casos de ovnis registrados en radares", añadió Pope, 21 años en las filas del Ministerio de Defensa, al que, pese a todo, le interesaba más encontrar espías que marcianos.
Pope, al final, dice que ni que sí no que no. ¿Y qué piensa ahora de Spielberg? ¿El Vaticano?