Es, sin duda, el rival a batir. La vigente campeona del mundo llega a Francia con el papel de máxima favorita a conseguir lo que ya hizo España: ganar Mundial y Eurocopa de forma seguida. Todo un reto para el combinado de Joaachim Löw, que ha dotado a la Die Mannschaft de un estilo reconocible, atractivo, con reminiscencias del tiqui taca español y con el añadido del poderío físico de un centro del campo temible. Tan fiable como ornamental, el fútbol de Alemania es su máximo aval para olvidar el sabor amargo de la Euro 2012 e intentar la consecución de su cuarta copa, que le convertiría en el país con más títulos. Sorprendentemente, la clasificación en el grupo D fue mucho más ajustada de lo que acostumbra el cuadro germano (solo sacó un punto a Polonia, segunda), pero ello no resta un ápice de favoritismo a un cuadro que no debe tener ningún problema para ser primero de grupo y llegar a las últimas rondas del torneo, donde las grandes escuadras se baten el cobre por la victoria final. En el aparente duelo de Alemania contra todos, los teutones quieren llevarse el premio gordo.