Por primera vez en muchas ediciones, Inglaterra llega a la Eurocopa henchida de orgullo por una fase de clasificación impecable (10 victorias en otros tantos partidos) y con la certeza de que a las órdenes de Roy Hodgson hay un grupo de jugadores en la plenitud de sus carreras que desborda calidad, y lo más importante, gen competitivo. Los Pross han dado el paso definitivo hacia la mayoría de edad después de una época gris, y Francia puede ser el escenario del salto final. En la mente de todos los aficionados ingleses están las dos últimas ediciones, la de 2008 en la que no se llegó a participar y la de 2012 en la que la crueldad de los penaltis se llevó por delante las aspiraciones de un equipo que lleva 20 años sin pisar las semifinales, en la Euro que se celebró en suelo patrio. Regresar a la terna de equipos candidatos y pelear el título de tú a tú a las Francia, Alemania, España, Italia...se antoja indispensable para un combinado que se ha cansado de ser un convidado de piedra.