Philippe Coutinho llegó al Barcelona en el invierno de 2018 como el fichaje más caro de la historia culé. El centrocampista brasileño fichó para ser el sustituto de Andrés Iniesta, pero en año y medio como blaugrana no ha tenido ni mucho menos el éxito esperado y ha terminado saliendo por la puerta de atrás: cedido al Bayern de Múnich.
El nuevo jugador del equipo muniqués, el cual tendrá una opción de compra al terminar la temporada, era uno de los futbolistas más cotizados del mercado a su llegada a Barcelona. Y es que en el Liverpool se convirtió, a las órdenes de Klopp, en uno de los mejores centrocampistas de ataque del mundo.
En el Barcelona nunca se llegó a acoplar en las dos posiciones (interior y extremo izquierdo) en las que fue utilizado por Ernesto Valverde, también culpable por no haberle exprimido su rendimiento. Coutinho no se sintió importante y su juego siempre estuvo encorsetado y condicionado ante la presencia de Leo Messi.
El carioca consiguió marcar 21 tantos y repartir 11 asistencias con la camiseta azulgrana. Aún así, Coutinho nunca dio el nivel esperado para ser un jugador que costó 145 millones de euros, el más caro de la historia del Barcelona. Ahora, el club culé lo ha tenido que regalar (eso sí, se ahorra su ficha) durante una temporada esperando que se revalorice de cara a una futura venta el próxima verano.