El Bulgaria-Inglaterra de clasificación para la Eurocopa 2020 se saldó con una goleada de los de Gareth Southgate que resultó amarga por los incidentes en las gradas del estadio Vasil Levski, donde los hinchas búlgaros profirieron insultos racistas a los jugadores ingleses que obligaron a parar el partido hasta en dos ocasiones.
El partido de fútbol vino precedido por la polémica. Los ingleses, por parte de su seleccionador, ya avisaron contra los posibles actos racistas de un estadio que estaba clausurado parcialmente por una sanción de la UEFA que se produjo tras episodios idénticos en los choques ante República Checa y Kosovo.
Esta multa cerró hasta 5.000 butacas del coliseo y obligó a la colocación de pancartas a favor del respeto. Medidas que no surtieron mucho efecto después de que Inglaterra se colocase 0-2 en el marcador. Los gritos racistas y saludos nazis contra Raheem Sterling, Marcus Rashford y Tyrone Mings hicieron que el árbitro del encuentro, Ivan Bebek, parase el partido en la primera mitad.
Este protocolo no tuvo éxito, y el árbitro tuvo que interrumpir de nuevo el partido por la misma razón. El capitán búlgaro, Ivelin Popov, se acercó a uno de los fondos para pedir que la actitud de los aficionados cambiase. Una buena parte se marchó en el descanso.
No es la primera vez que el combinado inglés sufre este tipo de violencia verbal desde la grada en la fase de clasificación. Los 'Three Lions', ante Montenegro, vieron cómo Danny Rose recibió cánticos racistas que provocaron la respuesta de Raheem Sterling en una celebración, llevándose los dedos a los oídos. La nueva batalla del fútbol: el racismo se mete de lleno en el césped.
Los incidentes en Bulgaria han tenido repercusiones. La Federación Inglesa de fútbol (FA, por sus siglas en inglés) ha pedido a la UEFA una investigación formal, que ya ha sido abierta, y en el país búlgaro se han producido medidas contundentes: el presidente de la federación ha dimitido después de que el primer ministro se lo hubiese pedido al ministro de Deportes, tal y como había asegurado la BBC.
El seleccionador búlgaro, Krasimir Balakov, llegó a acusar a los aficionados ingleses de comportamiento inapropiado y negó los episodios de racismo: "La conducta inapropiada no ha sido solo cosa de los aficionados de Bulgaria. Los ingleses estuvieron pitando y gritando durante nuestro himno y usaron palabras para referirse a nuestra afición que son inaceptables". Unos actos que, tal y como ha confirmado la UEFA, también investigará junto a los incidentes búlgaros.