La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha hecho oficial que La Cartuja es la candidatura ganadora para albergar las próximas cuatro finales de la Copa del Rey. En un proceso que abrió a finales de diciembre, finalmente el feudo sevillano es el que ha convencido al organismo presidido por Luis Rubiales que vivirá en el recinto olímpico su particular fiesta del fútbol hasta 2023.
Ni el Wanda Metropolitano, ni el Benito Villamarín, ni el Sánchez Pizjuán. Finalmente será el estadio neutro de La Cartuja donde se dispute la final de la Copa del Rey del próximo 18 de abril, así como las de las próximas tres campañas. El Ayuntamiento de Sevilla y la Junta de Andalucía ya apostaron fuerte el pasado curso por el gran encuentro del fútbol español, que acabó siendo en el Villamarín, y con esta temporada han cuadriplicado su interés para acoger todas las luchas por el título que había dejado abiertas la RFEF al sacar a concurso hasta la 22/23.
Eso sí, con una inversión estimada de 15 millones de euros para acoplar al estadio a las necesidades requeridas para este tipo de evento, la opción de La Cartuja fue más viable que la de los recintos locales de Real Betis y Sevilla. También que el Metropolitano, sede del Atlético de Madrid y con el apoyo detrás del consistorio madrileño, aunque con menos dinero que el andaluz.
Con ello, la Federación visitó el recinto inaugurado para el Mundial de Atletismo de 1999 y las candidaturas olímpicas de Sevilla 2004 y 2008 y dio el visto bueno. Un estadio con capacidad para algo más de 57.000 espectadores, el quinto de España, que ya tiene experiencia en este tipo de eventos (Valencia 3-0 Atlético de Madrid, en 1999 y Zaragoza 3-1 Celta, en 2001) y que el 18 de abril buscará sucesor al título del Valencia.