El Bayern de Múnich, el coloso más laureado de Alemania, está pasando por uno de sus peores momentos en los últimos años. Desde que ganó la Champions en 2013, el conjunto bávaro ha mantenido una muy parecida estructura en el vestuario de la que se han ido importantes piezas pero no han llegado grandes recambios. Un hecho que ha desembocado en que sean el conjunto más veterano de toda la Bundesliga (27,4 años) y que desde la directiva ya planeen una revolución para este verano con el fin de volver a los días de gloria.
Aunque el paso de Guardiola por el Bayern fue muy fructífero por la huella que dejó, el de Sampedor no consiguió una reforma completa en el equipo. Sí que llegaron con él jugadores ahora asentados como Thiago, Lewandowski o Kimmich que se integraron rápido en la plantilla heredada que había ganado el triplete con Heynckes, pero aún así los Neuer, Boateng, Alaba, Muller, Ribery o Robben siguieron siendo indispensables.
Tras la marcha del español, fue Ancelotti el que tomó las riendas no sin tener el mismo problema que su predecesor. Hummels fue su fichaje estrella, pero la despedida de Lahm, siguiendo el camino que dos años antes había tomado Schweinsteiger, no terminó de culminar la renovación. Llegó, sin embargo, fondo de armario como Tolisso, Coman, Sule, James o Gnabry pero aún así el once tipo siguió con la misma columna vertebral tanto con él como con el enésimo regreso de Heynckes.
Pese a no haber cambio, esto le bastó al Bayern para seguir acumulando Bundesligas (lleva seis consecutivas), aunque no para triunfar en Europa donde el Madrid en tres ocasiones y Barça y Atlético en una, les han apeado desde su última Champions ganada.
Hasta esta temporada cuando, con Kovac a los mandos y sin llegar la esperada reforma (ante el Borussia Dortmund en el encuentro más importante en lo que va de campaña fueron titulares seis de los hombres que estaban en 2013, siendo ausente Robben por lesión), el dominio en liga ha desaparecido. El Bayern se encuentra a nueve puntos del Dortmund y con la directiva hablando seriamente de ya sí una revolución necesaria.
"Ribery y Robben jugarán seguramente su último año aquí", son las palabras del presidente Uli Hoeness el pasado fin de semana, que sigue confiando en Kovac pese a los malos resultados. Además, los bávaros tienen "las arcas llenas" por lo que "llevarán a cabo una política de fichajes muy ofensiva", tal y como reflejó el dirigente.
El primer serio aviso de que esta vez sí el Bayern de Múnich ha llegado a un punto de inflexión donde renovar la plantilla se hace indispensable. Un cambio que también podría llegar desde el consejo de Administración donde Karl-Heinz Rummenigge finaliza contrato en 2019 y ya piensa en Oliver Kahn como su sucesor.