En medio del mercado de fichajes y los posibles rumores sobre refuerzos, además del futuro de Ernesto Valverde en el banquillo del Barcelona, la directiva culé debe asumir un tema de vital importancia visto el rendimiento deportivo. Jordi Alba termina contrato en 2020 y está en una situación de ventaja para negociar su nueva vinculación, aunque los cantos de sirena de los grandes de Europa y cómo ha asumido estas conversaciones Bartomeu, podrían complicar su situación en el equipo.
Si un jugador, obviando la vital importancia de Leo Messi, es decisivo en el Barcelona de Valverde ese es Jordi Alba. El lateral español, que regresó a la que fue su casa en 2012 tras destacar con el Valencia, se ha complementado a la perfección por banda izquierda con el argentino y han creado una sociedad capaz de desatascar partidos con tan solo dos pases.
Un rendimiento con su equipo que le hace pasar por un momento de forma excepcional y que, entre otras cosas, ha hecho rectificar a Luis Enrique para 'verse obligado' a llevarle con la Selección. Así, a sus casi 30 años, Jordi Alba ve cómo su contrato con la entidad blaugrana empieza a quedarse anticuado con la fecha de junio de 2020 como límite.
El lateral deberá durante 2019 entablar conversaciones con la directiva y está en una posición de fuerza sobre esta para exigir condiciones en la renovación. Junto a su rendimiento deportivo, Jordi Alba se considera un bloque fuerte del vestuario, muy ligado al club y cuya última renovación fue en junio de 2015 con un salario que rondó los tres millones de euros, algo que queda muy lejos visto su importancia.
Un asunto que corre en contra de la directiva pues en su día prefirieron centrarse antes en Samuel Umtiti, Gerard Piqué, Sergio Busquets o Sergi Roberto. En la actualidad Alba no tiene relevo natural, Miranda y Cucurella están a años luz, y el mercado se asemejaría complicado. Los cantos de sirena de los grandes europeos amenazan con enturbiar la negociación para la directiva de Bartomeu, que deberá agasajar a una de sus piezas clave mientras asume que el límite salarial de la plantilla roza lo permitido.