Brahim Díaz ya es jugador del Real Madrid. Tras llegar procedente del Manchester City, es el primero y único (aparentemente) refuerzo del club blanco en este mercado de invierno, y también el último capítulo de una política de fichajes que apuestan por la juventud y la proyección en la que la entidad madridista ya ha gastado 269 millones de euros.
Esa es la cantidad en la que cifra El País la inversión en hasta 20 jugadores de 23 años o menos desde que, en el verano de 2013, Asier Illarramendi, Isco Alarcón y Dani Carvajal recalasen en el Santiago Bernabéu por cerca de 75 millones de euros. Ese mismo verano aterrizó Gareth Bale, convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia del club, pero lo cierto es que ya se había comenzado un camino firme que dejó a un lado la apuesta por los galácticos.
A este trío de españoles les siguieron Abner, Mink Peeters, Marco Asensio, Martin Odegaard y Lucas Silva entre el verano de 2014 y enero de 2015. Más tarde, en verano de 2015, sería Jesús Vallejo el que se incorporaría a la disciplina blanca. Tanto él como Asensio pasarían primero un año de cesión en Zaragoza y Espanyol.
Al año siguiente, Sergio Díaz y Fede Valverde serían los elegidos. Para 2017, Theo Hernández (tras un brillante año en el Alavés) y Dani Ceballos, ya una pieza fundamental en el Betis. También Cristo González, desde Tenerife, para el Castilla. Y la joya de la corona: Vinicius, que por 40 millones de euros dejó el Flamengo (se aplazó hasta el pasado verano) como una de las grandes promesas del fútbol brasileño.
En un mercado cambiado, con ofertas estratosféricas, el Real Madrid siguió apostando por la misma manera de proceder. En 2018, fueron cuatro los fichajes: Rodrigo Rodriguez, Rodrygo Goes (40 millones de euros al Santos), Andriy Lunin y Álvaro Odriozola, procedente de la Real Sociedad por 30 'kilos'.
Ocho en el primer equipo
De todos ellos, nueve son ahora miembros del primer equipo (Isco, Carvajal, Asensio, el recién llegado Brahim, Valverde, Ceballos, Odriozola, Vinicius y Vallejo), aunque solo los tres primeros gozan de regularidad y forman parte de la élite europea y el último solo ha jugado 1.200 minutos en temporada y media. Cristo, en el Castilla, y Rodrigo Rodrigues, en el Juvenil, se foguean en el filial. Rodrygo Goes no llegará al club blanco hasta verano.
Tres jugadores están cedidos en equipos de primera (Odegaard en el Vitesse, Theo en la Real Sociedad y Lunin en el Leganés), lo mismo que un Lucas Silva que acaba contrato en junio cedido en el Cruzeiro y que, hasta el momento, solo ha disputado 424 minutos con la elástica merengue. Sergio Díaz y Mink Peeters encadenan cesiones en el fútbol sudamericano y holandés, respectivamente.
Solo Illarramendi, que nunca cuajó en un club de tanta exigencia, y Abner, un desconocido, ya no pertenecen a la disciplina blanca. Actualmente, el Real Madrid tiene en nómina a nueve de estos jugadores en su primer equipo, dos en su filial, seis cedidos y otro por llegar. Una base de futbolistas a la que el club ha de pulir y mimar. En sus manos está el futuro de una inversión de 269 millones de euros.