El Real Madrid sacó, con mucho sufrimiento, los tres puntos en su visita al Betis en el Benito Villamarín. Lo hizo extremadamente remozado, con una serie de cambios de la mano de un Santiago Solari que fue muy atrevido en sus decisiones y modificaciones del once titular, que dejó varios avisos a navegantes y que, a pesar de todo, fue salvado por Dani Ceballos en el tramo final del partido.
Cuando el Real Madrid hizo oficial su alineación ante los de Quique Setién, la sorpresa fue generalizada. No era para menos: Solari cambió de sistema, sentó en el banquillo a Marcelo y mantuvo el castigo a Isco. Un crisol de medidas que dejaron claro que al argentino, al margen de la eficacia de sus decisiones, no le está temblando el pulso cuando cree que hay que modificar algo en su plantel.
La aparición del 3-5-2 significó una propuesta radical para hacer frente a la debilidad en defensa del equipo en los últimos partidos, y tuvo un éxito parcial. Con Nacho, Varane y Sergio Ramos en el centro de la zaga, el Madrid vivió cómodo durante la primera parte y el principio de la segunda. El Betis no supo descifrar la maraña defensiva y, a pesar de controlar la pelota, no tuvo muchas ocasiones.
La contrapartida de este sistema fue el escaso protagonismo del balón. El Real Madrid solo tuvo un 26% de la posesión y en la segunda mitad estuvo encerrado en su campo. Una escena nada habitual en la escuadra blanca. No ayudó demasiado a esta versión el blindaje que acompañó al esquema con tres centrales. Porque, a diferencia de otros partidos, Solari solo dispuso dos delanteros (Vinicius y Benzema) e introdujo una suerte de doble pivote con Casemiro y Fede Valverde. Algo que, a pesar del buen tono de Modric en los primeros 45 minutos, tuvo una influencia negativa.
La entrada de este doble pivote penalizó a un Isco que, otra vez, fue olvidado por Solari. En esta ocasión, el argentino no le dio ni un solo minuto en un contexto de bajas (hasta siete en total). Fede Valverde, como titular, y Ceballos y Brahim, como suplentes, también estuvieron por delante del '22'. El sistema también se llevó por delante a un Marcelo muy criticado en las últimas jornadas por sus concesiones atrás y su tibio papel en ataque. El '12' tampoco tuvo minutos en el Villamarín. Tanto uno como otro se llevaron un 'banquillazo' que, menos en el caso del primero, inesperado.
En lugar de Marcelo entró Sergio Reguilón, tan solo un miembro de los varios que jugaron ante el Betis y que formar un grupo de jóvenes talentos. El lateral zurdo, junto a Valverde y Vinicius fueron los titulares menores de 23 años, a los que después se le sumaron Cristo, Ceballos y Brahim. Seis de los 14 futbolistas utilizados en el césped bético. Así pues, la apuesta por la juventud en lugar de otros jugadores fue otra de las señas de identidad de un entrenador que dio un verdadero puñetazo sobre la mesa en una muestra contundente de carácter.