Lo hizo en 2014 y 2016 en dos finales con un golpe definitivo de penalti. También en 2015, aunque no marcó. También en 2017, con un 'hat-trick'. Y lo ha vuelto a hacer en 2019, con una nueva camiseta y un nuevo triplete. Cristiano Ronaldo, un jugador que vale por un ejército, ha eliminado al Atlético de Madrid en una de las noches doradas del portugués en la Champions League. El '7' es eterno y la Juventus equipo de cuartos de final de la máxima competición continental.
El partido fue la historia de un equipo que se conjuró para hacer un milagro y lo consiguió. Iluminados, poseídos, casi en trance, los jugadores de la Juventus devoraron a un Atlético irreconocible y acomplejado, que salió extremadamente conservador y pagó el planteamiento del 'Cholo' Simeone y una desastrosa actuación coral. De principio a fin, cada acción del juego fue favorable a los italianos.
No hubo oposición alguna. Fue un bombardeo, y en el Atlético ahora solo quedan las ruinas, humeantes. Tras ellas, parece inexcusable una reflexión: el equipo, salvo un giro de 180 grados en el guión liguero, dice adiós a una temporada en la que su rendimiento sobre el césped ha sido, con excepciones de algún que otro chispazo, decepcionante.
Se llevará con justicia Cristiano los titulares, pero no menos justo es destacar la labor de dos actores determinantes: Massimiliano Allegri y Federico Bernardeschi. El técnico metió al italiano en el once titular, sentó a Dybala y añadió a Emre Can al centro del campo, cimentando así una victoria incontestable sobre Simeone en el duelo de banquillos. La fórmula fue exitosa desde el inicio: el '33' se coló por zonas interiores, haciéndole la vida imposible a Juanfran (poco ayudado por un invisible Lemar), filtrando pases verticales, colgando balones y amenazando con la zurda.
El Atlético no era capaz ni de respirar. La Juventus le zarandeó, le tapó la nariz, le restregó los nudillos en la cabeza. Encerrado en tres cuartos de su propio campo, entregó las bandasa su rival y el espacio que necesitaba para salir a la contra. Morata y Griezmann fueron la cara de la desesperación. Lo aprovechó la 'Vecchia Signora', que se dedicó durante buena parte de la primera mitad a servir centros desde el exterior. Y, aunque Giménez y Godín achicaron aguas todo lo que pudieron, Cristiano encontró el camino en el 26', rentabilizando (ya son muchos años) la espalda de Juanfran para cabecear a gol una asistencia de Bernardeschi.
Solo después de encajar el tanto, el Atlético intentó avanzar líneas, ganar aire, palpar el balón que solo había perseguido. Lo pudo hacer durante unos minutos y el saldo fue nulo: un disparo sin peligro de Griezmann y un testarazo elevado de Morata. Bernardeschi, por su parte, lo intentó con insistencia: de falta, de chilena y, por último, desde la frontal. Chiellini ponía fin al primer tiempo obligando a Oblak a actuar en un saque de esquina que remató de cabeza.
Avisado el Atlético, el descanso no significó cambio alguno. Si Simeone trató de corregir la situación, su empeño cayó en saco roto. De hecho, no habían pasado más de tres minutos cuando Cristiano hacía una nueva muesca, otra vez de cabeza, saltando entre centrales a por un nuevo pase lateral. Oblak sacó la pelota cuando había entrado en la portería.
Con la igualada en el bolsillo, Allegri estuvo valiente: metió a Dybala por Spinazzola y metió a Emre Can de lateral diestro y a Cancelo en el zurdo, a banda cambiada. Todo por lanzarse de manera definitiva a por el tercero. Lo tuvo Mandzukic a balón parado y después Moise Kean en un mano a mano con Oblak, pero pasaron los minutos y bajó un punto el arreón local. Se acercó tímidamente el Atlético, con Correa y Vitolo como refuerzos. El español aportó algún detalle, pero el argentino puso el broche definitivo al desastre.
En una acción infantil, cuando Bernardeschi se perfilaba hacia su pierna mala en una aparente situación controlada, el '10' empujó a su rival dentro del área frente a Kuipers. El colegiado no tuvo que pensárselo demasiado. Cristiano, el verdugo de siempre, pero con presidiarias rayas negras en su habitual uniforme blanco, transformaba el penalti para llevar al éxtasis al Juventus Stadium y a su equipo a los cuartos de Champions. Un lugar el que está porque se comportó como un equipo grande. Una condición que el Atlético olvidó por completo en una noche trágica.
Con Cristiano en su competición fetiche y un bloque entregado por completo a su líder, la Juventus se mete de nuevo en la pelea por la Champions. El sueño de la reconquista de Europa 23 años después está más vivo que nunca en Turín.
FICHA TÉCNICA
Juventus: Szczesny, Joan Cancelo, Spinazzola (Dybala 66'), Bonucci, Chiellini, Matuidi, Emre Can, Pjanic, Bernardeschi, Mandzukic (Moise Kean 79') y Cristiano Ronaldo.
Atlético de Madrid: Oblak, Arias (Vitolo 76'), Juanfran, Godín, Giménez, Saúl, Rodri, Koke, Lemar (Correa 56'), Morata y Griezmann.
Goles: 1-0, Cristiano (min 26) 2-0, Cristiano (min 48) 3-0, Cristiano (min 86)
Árbitro: Björn Kuipers, holandés. Amonestó con tarjeta amarilla a Bernardeschi, Giménez, Vitolo y Juanfran.
Estadio: Juventus Stadium.