La actuación coral de hasta seis jugadores en dobles dígitos fue decisiva para que los Toronto Raptors venciesen a domicilio por 109-123 a Golden State Warriors en el tercer partido de las Finales de la NBA que ganan 2-1 al mejor de siete.
Kawhi Leonard fue de nuevo el líder de los Raptors con 30 puntos, acompañado por unos Kyle Lowry y Pascal Siakam que rozaron el 'doble-doble' (23 puntos y nueve asistencias el primero; 18 puntos y nueve rebotes el segundo) además de por Danny Green, Marc Gasol y Fred VanVleet, que llegaron a sumar en dobles dígitos.
Gasol surgió como el hombre alto clave en la lucha por detener al pívot DeMarcus Cousins, de los Warriors, quien en el segundo partido había sido el factor sorpresa ganador, que esta vez no se repitió. El jugador de Sant Boi concluyó con 17 tantos, incluidos ocho en la primera parte, y cuatro al inicio del tercer periodo que permitieron a los Raptors estar siempre al frente del marcador y del control en el ritmo de juego. También capturó siete rebotes defensivos y repartió cuatro asistencias, lo que le permitió ganar el duelo individual a Cousins mientras estuvo en el campo y tuvo la responsabilidad de marcarle.
El otro español, Serge Ibaka, fue el factor decisivo bajo los aros al anotar seis tantos claves al inicio del cuarto periodo que impidieron la remontada de los Warriors y además fue el mejor bajo los aros con marca de seis tapones. Ibaka disputó 22 minutos y anotó 2 de 4 tiros de campo y 2-2 desde la línea de personal, con cinco rebotes -cuatro defensivos-, dio una asistencia y recuperó dos balones.
En el lado de los Warriors, Stephen Curry estuvo demasiado solo y, a pesar de su espectacular actuación (47 puntos, siete asistencias y ocho rebotes) no pudo evitar la derrota de unos Warriors mermados por las lesiones de Kevin Durant (aún inédito en la final), Klay Thompson y Kevin Looney.
Tras Curry, y muy lejos del '30', solo Draymond Green (17 puntos) y Andre Iguodala (11) sumaron por encima de los 10 puntos. Cousins fue secado en la pintura (tan solo cuatro tantos) y este escasa aportación anotadora fue tumbando a los Warriors desde el inicio del partido.
El parcial del primer cuarto ya fue significativo, un 29-36 que los locales pudieron mantener al término de la primera parte, con un 52-60 que aún les dejaba con opciones. Pero fue en el tercer cuarto, periodo en el que los Warriors suelen marcar diferencias, precisamente cuando los Raptors pusieron tierra de por medio, aumentando la distancia a 13 puntos. Demasiado trecho para los bicampeones, que otra vez están en desventaja.
El próximo duelo, de nuevo en el Oracle, será clave. Obligados a ganar, con las dudas de sus lesionados, si los Warriors caen en casa tendrán muy complicado conseguir el 'three-peat'. Sin nada que perder, los Raptors aspiran a dar el campanazo de la temporada. En Oakland dieron un paso importante para la machada.