Deutsche Bank

Al ahorro conservador español la inflación le cuesta más de 30.000 millones de euros

  • Las familias españolas tienen casi un billón de euros en depósitos y efectivo
  • El IPC se situó en agosto en el 3,3% en su tasa interanual

El Índice de Precios de Consumo (IPC) se situó en agosto en el 3,3% en su tasa interanual, su nivel más alto desde octubre de 2012 principalmente por la subida del precio de la electricidad, que lo elevó cuatro décimas sobre el dato registrado en julio, según las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Un nivel que podría seguir aumentando. Según los expertos de Funcas la inflación superará el 4% en los próximos meses, alcanzando máximos de trece años. Por su parte, el Banco de España reconoce que hay elementos que podrían prolongar en el tiempo el repunte de precios, si bien continúan defendiendo la tesis del Banco Central Europeo (BCE) de que la subida se moderará en los próximos meses. Los cálculos del organismo europeo sitúan la inflación en el 3% al finalizar el 2021, para ir reduciéndose posteriormente al 2% en el curso siguiente y al 1,5% en 2023.

A principios del mes de julio el BCE dio un paso histórico: fijó el objetivo de inflación en el 2%, siendo la primera revisión estratégica en casi 20 años. Un porcentaje que, además, es flexible. Hasta ese momento, esta meta se encontraba en un punto indefinido, cercano, pero por debajo del 2%. Si el antiguo objetivo de mantener los precios en niveles cercanos (pero inferiores al 2%) estuviera en vigor, el BCE se habría visto obligado a plantear una próxima retirada de sus estímulos monetarios. La tasa de inflación de la eurozona en agosto se situó en el 3%, frente al 2,2% registrado en julio, lo que supone la mayor subida de los precios en la región desde noviembre de 2011.

En este contexto, algunas voces se preguntan si es posible ver un escenario de estanflación, que indica un estancamiento de la economía mientras el ritmo de inflación no cede. "No parece que sea un riesgo ahora mismo. De hecho, creemos que efectivamente la subida de la inflación será temporal y a partir de 2022 volverá a bajar. No obstante, no parece probable que volvamos a los niveles tan bajos como los existentes antes de la pandemia. Más bien parece probable que la inflación se estabilice en torno al 1,5%-2%", explica Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank en España.

A este respecto, el aumento de la inflación supone un encarecimiento de los bienes y los servicios y, por tanto, una pérdida de la capacidad de compra. Por ello, batir la inflación debería ser una de las prioridades de todo ahorrador, sobre todo, para las inversiones más conservadoras, como el ahorro en cuentas o depósitos.

No en vano, según los últimos datos de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco), las familias españolas tienen casi un billón de euros en depósitos y efectivo, es decir, remunerados al 0%. Con el efecto de la inflación están perdiendo más de 32.000 millones de euros de poder adquisitivo. En cifras más manejables, si un ahorrador tiene 10.000 euros inmovilizados, es decir, que no le ofrecen ninguna rentabilidad, con el efecto de la inflación esa cantidad es de 9.670 euros, es decir, pierde más de 300 euros.

"Una inflación alta con unos tipos de interés en mínimos supone que la rentabilidad real de nuestras inversiones es negativa. Por tanto, necesitamos buscar productos que batan a la inflación. En un entorno de tipos 0, lamentablemente esto implica asumir riesgos", destaca Duce. Es lo que se conoce como rentabilidad real, el resultado de restar al rendimiento nominal de un activo el efecto de la inflación. Cuanto mayor sea ésta, más interés tendrá que ofrecer un producto para que sea rentable.

Cómo batir la inflación

La subida de la inflación acostumbra a ser beneficiosa para la renta variable, ya que suele ir asociada a un crecimiento económico y a un aumento de los beneficios. Sectores como el energético o el inmobiliario normalmente actúan como un buen escudo frente a la subida de los precios.

En el caso de la renta fija, las oportunidades actualmente son cada vez más limitadas, dados los bajos tipos de interés. Puede haber opciones atractivas en bonos corporativos, evitando plazos largos, o en bonos emergentes que ofrecen cupones más altos y, además, suelen tener una baja duración. Otra alternativa son los bonos ligados a la inflación. Se trata de deuda, normalmente gubernamental, cuyo nominal está ligado a la inflación, de manera que el incremento de esta variable no repercute de forma directa en una caída del precio, como ocurriría con los bonos tradicionales.

También existe la alternativa de recurrir a un fondo de fondos invirtiendo en una amplia gama de ETFs (por ejemplo, en activos inmobiliarios, infraestructuras y acciones ordinarias que abonen dividendos), lo que permite diversificar las fuentes de ingresos.

Con todo, "existen productos con un perfil de riesgo moderado que permiten esperar rentabilidades en torno al 2%, con lo que batiríamos las expectativas de inflación. Obviamente, la renta variable también ofrece rentabilidades potenciales más altas, pero también implica más riesgo, por lo que para batir a la inflación tendríamos que hacer una mezcla de ambos", aconseja la economista jefe de Deutsche Bank en España.

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Al ahorro conservador lo que le cuesta no es la inflación, son los tipos al 0 del BCE.

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