Votar a Donald Trump ha supuesto un motivo definitivo para que Gayle McCormick, de 73 años, y su marido se divorciaran. Después de 22 años de matrimonio, el esposo votó al candidato republicano y Gayle no se lo ha perdonado.
"No podía creer que alguien con quien me casé pudiera votar a una persona con unos principios tan pobres en términos de libertades civiles, sus sentimientos por las mujeres y cómo trata a la gente en general", justifica.
Aunque resulta estrambótico, no es una caso aislado. Una reciente encuesta reflejó que un 13% de los 6.000 encuestados había cortado su relación por el resultado electoral y hasta un 16% había dejado de hablarse con algún miembro de la familia después de las elecciones.