Tuya, mía, cabecita y gol. Mirada a la afición con sonrisa satisfecha, ensayada, metódica. Expresión facial del que se sabe ganador, o al menos del que interioriza un acto de fe en la victoria. Gesto napolénico, desafiante. Cuatro dedos al corazón, símbolo de la bandera con las mismas barras que decoran su uniforme de superhéroe, bien ajustado al cuerpo. La malla que lo envuelve debajo del traje. Ruido de cámaras. Inmortalización del momento. Show must go on.
Como resucitado de entre los muertos, el todavía president Artur Mas acudió este jueves a declarar al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por la consulta del 9N como lo hacen los grandes. Un pantojismo a la catalana, con baño de masas a medida, que abre un periodo nuevo, el de la epopeya del mártir político. Si hay un responsable, señoría, ese soy yo. Pero solo escuché a la gente, luego ellos ya hicieron lo que les dio la gana. No vaya a ser que al final le dé a usted por condenarme. Al fiscal que le responda su tía. ¿A la acusación? ¿Están ustedes locos? La historia funciona, y si el guion es bueno hay película.
Lo tiene todo. Un 'prota' carismático y justo vilipendiado por las fuerzas del mal, el héroe controvertido e inevitable. Un pérfido pero torpe Gobierno de unos malvados que creen tener el control de la situación pero que se emborrachan de poder. Personajes secundarios a la sombra del líder. Un grupo de subalternos mínimamente críticos pero que muestran su madurez en las duras. Incluso cameos insondables. Y el final, abierto. Como el buen cine.
El Goya espera. A la mejor película extranjera, quizás.
El 'prota'
En la precuela electoral, El Plebiscito Ambiguo, Artur Mas moría. O eso se intuía en el último fotograma, con unas urnas que lo abandonaban en una posición debilitada a merced de los radicales anticapitalistas, que pedían su cabeza en bandeja de plata.
Pero los buenos siempre tienen un as en la manga. La imputación. La bendita imputación por sacar las urnas a la calle aquel 9 de noviembre que ya se recordaba casi en blanco y negro. Un paseíllo que volvería a poner las cosas en su sitio. Huyendo del óbito, Mas lanza un mensaje a sus enemigos. Aquí solo hay un president, y ese soy yo. O qué os creíais.
Secundarios de lujo
Arropando al líder, al mártir de la causa, los secundarios habituales. Y algún que otro miembro de las facciones críticas, esas que "defienden al amigo borracho" en la pelea de bar a pesar de que le conminaron a callarse previamente o incluso discutieron con él, como bien apuntó el líder de la CUP, Antonio Baños, también presente en la sede del TSJC junto con el socialista Miquel Iceta. Esta vez no había música, pero sí coreografía.
Bien colocaditos en la puerta de los juzgados. Muy espontáneo todo. Primer cordón sanitario con la plana mayor de la lista Junts pel Sí. Segundo círculo con las huestes de la ANC y Òmnium. Tercera parada con los cerca de 400 alcaldes de la AMI (Associació de Municipis Independents), todos armados con sus bastones de mando. Si no hay arco del triunfo, lo construyo. El coche, a tres minutos caminando. El baño de masas duró 45. Fuera la justicia española.
Los malos, ¿o eran los buenos?
Como no controlo la justicia, voy a obligar a la Fiscalía a que te impute, porque no tengo ni idea de lo que va a pasar o si va a haber elecciones en Cataluña y yo tengo unas a final de año. Dos, tres, cuatro broncas después, me llevo por delante al Fiscal General del Estado. Como no controlo la justicia, voy a declarar a los micrófonos, ni corto ni perezoso, que el anuncio de tu declaración ante el juez se ha fijado para después de las elecciones catalanas para que no me digan que controlo a la justicia. Además, la voy a colocar el día del 75 aniversario del asesinato de Lluís Companys. ¿El juzgado? Sí, en la avenida Lluís Companys. Ni Spielberg.
En el cine el mal necesita al bien. Y viceversa.
Cameos
Por si fuera poco, este jueves andaba por Barcelona el exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis. "Parece que Madrid está intentando fortalecer el movimiento independentista en Cataluña", dijo. Típico cameo de personaje de la Marvel en un spin-off de Iron Man. Echando su ramita de leña al fuego, por si no había suficiente lumbre.
También se entregó este jueves el premio Planeta, porque este jueves se acababa el mundo. El hijo y heredero del difunto José Manuel Lara Bosch, José Manuel Lara, consejero delegado del grupo, también interviene en el flime: "Yo no soy quién para rectificar lo que dijo, pensamos lo mismo que dijo mi padre en 2012", refiriéndose a la inviabilidad del Grupo Planeta en una Cataluña independiente.
Final abierto
El consejero de Economía de la Generalitat de Cataluña, Andreu Mas-Colell, estaba de enviado especial a Madrid. ¿Cuándo? Sí, este jueves. Allí adelantó lo que ya se masculla constantemente, dadas las circunstancias. Que las fuerzas soberanistas estarían dispuesta a negociar una reforma de la Constitución siempre y cuando no haya condiciones previas.
En el transcurso de un foro organizado por el periódico británico Financial Times en Madrid, el cerebro económico de la Generalitat ha admitido que, aunque la confianza se haya roto, "todo se puede reconstruir". Como todo en esta vida.