Cuentan que el presidente de la SGAE, Teddy Bautista, estalla en gritos en su despacho en el Palacio de Longoria cada vez que tiene noticias suyas. Y es que Josep Jover i Padró se ha convertido en el mayor enemigo de la entidad que gestiona en España los derechos de autor.
Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona en febrero de 1982, cuenta con una sólida formación en sociología, psicología, estadística, electrónica e informática.
Desde su bufete, Estudis Juridics, y la presidencia de Apemit, la Asociación Española de Pequeñas y Medianas Empresas de Informática -que integra a más de un millar de tiendas-, logró que el Tribunal de Justicia de Luxemburgo declarara en octubre que el canon digital que se paga en España es abusivo e indiscriminado, obligando al Gobierno a cambiarlo para que tanto las empresas como las Administraciones Públicas queden exentas de la polémica tasa que grava los dispositivos electrónicos.
Experto en propiedad intelectual
Con una amplísima experiencia docente -ha sido profesor del máster de Derecho e Informática de Icade y del de Auditoría Jurídica de Entornos Tecnológicos del Colegio de Abogados de Barcelona- es experto también en arbitraje, mediación y gestión de conflictos, materia sobre la que ha impartido varios cursos en el País Vasco. El último, el año pasado, en la Universidad de Deusto, precisamente sobre propiedad intelectual.
Jover se enfrenta a los representantes de los autores como firme defensor de las pequeñas empresas -además de Apemit, en su currículum figura también la vicepresidencia primera de la Asociación de Autónomos y Pequeños Empresarios de Cataluña (Aapec)- ante lo que considera todo un expolio.
Muy crítico con la voracidad recaudatoria de Bautista y el actual equipo gestor de los autores, que han creado un imperio inmobiliario y cultural, gestionando teatros por todo el mundo, denuncia a la SGAE ante el Tribunal de Cuentas y la ha llevado en dos ocasiones ante la Fiscalía Anticorrupción. La última de ellas hace apenas unos días, en plena negociación entre los autores y la industria tecnológica sobre el nuevo canon digital.
Nunca ha congeniado con los directivos de la SGAE, pero, en cambio, se entendió desde el primer momento con el hasta ahora presidente de la Academia del Cine, Álex de la Iglesia. Éste dimitió tras reunirse con él y otros representantes de las asociaciones de internautas y entender su postura contra la ley Sinde, aprobada ya en el Senado.