"¿Os habéis arrepentido de trabajar con nosotros?". "Sí". Esta conversación entre un empleado de Bankia y una persona que acudió a cerrar su cuenta es el inicio de un "fiestón".
La nueva acción indignada contra Bankia ha pasado del flamenco a la fiesta. Música, confeti, pelucas, matasuegras y sobre todo, marcha en el cuerpo. Decenas de personas tomaron una sucursal de Barcelona para celebrar el cierre de cuentas de Bankia.
Ante la atenta mirada de algunos empleados, los indignados esparcían champán y bailaban antes de sacar a hombros a la señora que les dio la alegría.