"Allí me colé y en tu fiesta me planté". Como el protagonista de la canción de Nacho Cano, la Sociedad General de Autores Españoles está decidida a convertirse en el invitado incómodo y gorrón de todas las celebraciones públicas y privadas que se celebran en el territorio patrio.
Imbuidos de un espíritu mesiánico, los dirigentes de esa sociedad que preside el pseudoprogre Teddy Bautista -quién le ha visto y quién le ve- se dedican ahora a colocar detectives y soplones en bodas y demás actos festivos para esquilmar los bolsillos de los contribuyentes,haciendo caso omiso a la legalidad y a la moralidad.
Y utilizando, además, métodos más propios de la Stasi en la RDA -¿Se acuerdan de "La Vida de los Otros"?, amparados en una especie de patente de corso que parece les emana del Gobierno. Porque ésa es la otra parte de la historia.
"El sindicato de la ceja"
La connivencia de un Gobierno que autorizó el polémico canon digital obligando a pagar una tasa injusta que vulnera uno de los principios básicos de nuestro Estado de Derecho, la presunción de inocencia; que responde con la más absoluta indiferencia a las denuncias de los ciudadanos "agredidos" por el espionaje; y que ni controla ni supervisa el reparto que hace la SGAE de los 400 millones de euros anuales que ingresa por derechos de autor.
Son cuestiones que es preciso aclarar, y con urgencia. Que ya se dice por ahí que el presidente Zapatero está pagando, a costa de los demás, los servicios prestados a ese grupúsculo de "artistas del régimen" que le adornan las campañas y le firman manifiestos.
Un grupúsculo al que se empieza a conocer como "el Sindicato de la Ceja" -por su imagen en la publicidad electoral- y cuyos tentáculos han llegado hasta el Fondo de Ayuda al Desarrollo.
Por cierto, y ya que en estas andamos, rogaría al señor Bautista y compañía que, si leen o reproducen este artículo tengan a bien pasar por caja y abonar los derechos de autor correspondientes. Más que nada por aquello de predicar con el ejemplo.