El jefe de estado mayor del ejército alemán, Wolfgang Schneiderhan, ha dimitido hoy jueves a raíz de informaciones sobre la ocultación de pruebas en la investigación sobre el controvertido bombardeo de la OTAN del 4 de septiembre en Kunduz, Afganistán, en el que murieron cientos de civiles.
El anterior ministro alemán de Defensa, Franz Josef Jung, ocultó a la Fiscalía Federal datos sobre el número de civiles que fallecieron en septiembre en este ataque ordenado por un militar alemán, según recoge el diario Bild.
El ataque aéreo de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), lanzado el 4 de septiembre a instancias del entonces comandante del contingente alemán en Kunduz, Georg Klein, costó la vida a entre 17 y 142 civiles, según diversos informes.
Habrá consecuencias inmediatas
Durante los días posteriores a esa ofensiva, Jung -ahora ministro de Trabajo- sostuvo que no había habido víctimas civiles, pero investigaciones divulgadas posteriormente confirmaron que sí las hubo. Bild publica hoy imágenes de un informe militar que, según el diario, confirma que el Ministerio de Defensa "tenía claros indicios" de que había habido muertos civiles "apenas horas después del ataque", pese a lo cual, Jung afirmó durante días que el bombardeo sólo había afectado a insurgentes de la guerrilla talibán.
Hace tres semanas, el nuevo ministro federal de Defensa, Karl-Theodor zu Guttenberg, disculpó la decisión del mando militar alemán al calificar de "militarmente conveniente" el controvertido bombardeo sobre Kunduz. En declaraciones a Bild, Guttenberg afirma ahora que, en el caso de que no se le hayan proporcionado "todas las informaciones relevantes" a su Ministerio, correspondientes a la pasada legislatura, habrá "consecuencias inmediatas".
Por su parte, el inspector general de las Fuerzas Armadas alemanas, Wolfgang Schneiderhan, aseguró hace un mes que el informe de la OTAN avala la versión de Klein, quien justificó el ataque con el argumento de que se dirigió contra camiones cisterna que estaban comandados por talibanes y dispuestos a atentar contra la base militar alemana.
La estrategia de la OTAN
En Alemania, el caso ha pasado a manos de la Fiscalía Federal que deberá determinar si considera que hay suficientes argumentos para abrir un sumario. El caso le fue remitido por la Fiscalía de Dresde (este de Alemania), que determinó que el problema no puede resolverse de acuerdo a las reglas penales "normales", sino que, por tratarse de un "conflicto armado", debe regirse por el derecho penal internacional.
La Fiscalía se convirtió así en la primera entidad jurídica alemana que ha decidido dar a la causa Afganistán el calificativo de guerra, un término que también ha empleado Guttemberg para referirse a ese conflicto, a diferencia del lenguaje que empleó Jung mientas estuvo en el cargo.
La información de Bild se publica el mismo día en que el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, aborda con el Gobierno alemán los próximos pasos a seguir en Afganistán y en que el Bundestag (parlamento federal) debate la prolongación de sus mandatos militares en ese país.