La crisis ha ejercido de inmejorable trampolín para los florecientes líderes de la ultraderecha en Europa. Comicios tras comicios, estos grupos dominados por un sentimiento xenófobo y proteccionista celebran victorias que hace años resultaban imposibles de pronosticar. Su poder e influencia aumenta ante el creciente descontento y hastío de las sociedades democráticas hacia sus líderes tradicionales, y llega a rozar niveles absolutamente insospechados, como el que ha representado Amanecer Dorado, partido griego que se ha alzado con 21 diputados tras las fallidas elecciones en aquel país.
Nikos Mihaloliakos comparte ideario básico con otros líderes europeos de ultraderecha, como el holandés Geert Wilders, la francesa Marine Le Pen, el finlandés Timo Soine o el austriaco Heinz-Christian Strach, cada uno en su estilo de defensa y búsqueda de la tradición y las raíces de los países a los que representan. Sin embargo, las maneras teatralizadas del griego parecen entroncar en mayor medida, tras su cacareado ascenso, con otro tipo de líderes: los grandes dictadores de la historia contemporánea, Hitler y Stalin.
Amanecer Dorado dejó claras sus formas en su primera comparecencia ante la prensa tras conocer su holgado 6?9% de los sufragios en Grecia, que le concedían 21 diputados en la Cámara. Miembros del partido ordenaron a los periodistas que se levantaran para "mostrar su respeto" a su líder, Nikos Mihaloliakos. Ante la negativa de uno de los reporteros, los 'matones' de Mihaloliakos le obligaron a abandonar la sala.
Ese día, la prensa, consternada, no supo reaccionar. En la recepción del presidente griego a los cabezas de partido para probar un último intento de evitar las elecciones, sin embargo, los periodistas le recibieron sentados en el suelo en signo de protesta.
Discursos con referentes históricos
Los discursos de Mihaloliakos trasladan con facilidad a aquellas mágenes en blanco y negro de Hitler que recogen los archivos. Fuerza, agresividad, gritos, miradas amenazantes y aspavientos caracterizan el estilo del 'führer'.
El jefe de Amanecer Dorado no se queda atrás. Su primera comunicación ante los medios tras el resultado electoral fue ejecutada con un imponente volumen de voz y amenazas a la Unión Europea y los medios de comunicación. Su mirada no dejó de ser amenazante a lo largo de una alocución que no permitió réplica. En sintonía con Adolf Hitler o con su equivalente socialista ruso, Joseph Stalin, Mihaloliakos no dudó en apelar al miedo: "Ya hemos llegado, temednos", fue una de sus primeras declaraciones tras conocer el importante apoyo recibido en las urnas griegas.
La estela de Ahmadineyad
No contento con estos primeros referentes, una de sus últimas entrevistas dejó traslucir otro más, igual de inquietante: el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad. El líder de Amanecer Dorado hizo gala de un negacionismo del holocausto que no es considerado delito en su país. Al igual que Ahmadineyad, el ultraderechista griego cuestiona la matanza de seis millones de judíos en los campos de exterminio: "No hubo ni hornos ni cámaras de gas, es una mentira".
Además de mostrar indiferencia al ser preguntado por Auschwitz, el dirigente radical describió a Hitler como una "gran personalidad histórica del siglo XX", levantando ampollas entre la clase política de Grecia.
Contra extranjeros y homosexuales
Mihaloliakos ha puesto sobre la mesa el primer objetivo en su diana: los extranjeros, a los que apuesta por deportar. Entre sus planes también figura un cierre de fronteras con "vallas electrificadas" y otros objetivos secundarios a 'erradicar' socialmente: los homosexuales, a los que ya ha advertido a través de panfletos amenazantes.
La grave crisis socio-política en la que está sumida Grecia abre la puerta a unas nuevas elecciones en las que los votantes volverán a tener la última palabra, en principio, el próximo 17 de junio. Será una segunda prueba de fuego que demostrará si Mihaloliakos fue producto de la furia de un día o si la ultraderecha más cercana a los grandes dictadores se revalida como una opción en el país donde nació la más grande las culturas clásicas.