Hitler fue como un imán para las adolescentes británicas enviadas en los años 30 a Alemania para estudiar el idioma y estrechar vínculos con Berlín.
Esta desconocida faceta de objeto sexual del dictador ha sido descubierta por la escritora Rachel Johnson en su última obra, Winter games. Las adolescentes inglesas que acudían a Alemania en verano abarrotaban las primeras filas de todos los actos a los que acudía el fürher, y hacían lo imposible por conocerle, como relata el diario El Mundo.
De hecho, este entusiasmo mutuo, que también apreciaba Hitler, puede contrastarse en las crónicas de un periodista del Daily Mail de la época.
La investigación de Johnson la llevó a entrevistar a estas chicas inglesas, hoy ancianas, que, a pesar de la historia, siguen guardando un recuerdo imborrable del responsable del Holocausto judío. "Hilter era maravilloso", declara una de ellas, "pero se pasó un poco".
Insospechada carta
