La muestra Arte y China después de 1989: El teatro del mundo aterriza en el Guggenheim de Bilbao con más de 120 instalaciones de 60 artistas diferentes, y recibida con protestas y denuncias por parte de los estudiantes de Bellas Artes y asociaciones proderechos de los animales que acusan al museo de exhibir animales vivos que son vejados, maltratados y humillados a la vista de todos y bajo la premisa de la libertad de expresión. ¿Es arte o maltrato?
La muestra que inaugura el Museo Guggenheim de Bilbao viene con polémica añadida, tuvo que ser modificada a su paso por Nueva York por las acusaciones de maltrato animal que desde el museo aseguran que no se da y justifican la exposición con la premisa de defender la libertad de expresión de los artistas. Aunque, ya en Nueva York se eliminó una de las obras -que incluía dos perros subidos en sendas cintas de correr hasta que uno de los canes caía desfallecido-, que no se incluirá en Bilbao, y se modificó otra de ellas, sustituyendo el vídeo por una foto fija y declaraciones de los artistas.
Las obras de la polémica son tres. Las dos primeras forman parte de una misma instalación. El Teatro del Mundo, que da nombre a la exposición, y El Puente, que consiste en dos terrarios de grandes dimensiones que albergan insectos, reptiles y tortugas vivas que deambulan entre esculturas de bronce de la mitología china y conforman una alegoría de las dinámicas de poder y tradiciones chinas con el manto de la teoría panóptica de un mundo global a la vista de todos.
La otra obra polémica que viaja a Bilbao es Un caso de transferencia, un vídeo documental, rodado en 1994, en el que se ve a dos cerdos con letras estampadas en todo su cuerpo copulando sobre libros abiertos. Esta fue la obra "modificada" en Nueva York al sustituir el vídeo por un fotograma fijo de los animales y las impresiones del artista sobre las acusaciones recibidas por su obra.
La obra que no viaja a Bilbao tuvo que ser retirada en Nueva York por motivos de seguridad por las quejas y amenazas de asociaciones animalistas. Se mostraba a dos perros pitbull sobre cintas de correr hasta que uno de los animales, agotado, caía sobre el mecanismo.
Hay "instrumentalización de los animales"
Casi 75.000 firmas avalan una petición de Change.org iniciada por Fermín Esparza, un activista por el derecho de los animales, y apoyada por los estudiantes de Bellas Artes de Bilbao y la asociación animalista Atea. El objetivo es que el museo retire las tres obras polémicas de la exposición. Los motivos que alegan es el maltrato animal.
"La exposición refleja una instrumentalización de los animales que no es ética", explica Esparza a este diario. "A los animales se les debe tratar con dignidad aunque no sean conscientes", añade con respecto a la obra de los cerdos, una de las más polémicas.
Por otro lado, en cuanto a El Puente y El teatro del mundo, Esparza expone que las obras "mezclan depredadores y victimas". "La finalidad última de estas obras es demostrar que los animales se comen unos a otros", insiste. "Cuando interactuamos con un animal nos hacemos responsables de ellos, la libertad de expresión acaba cuando influyes en el bienestar de los animales", sentencia.
En cuanto a la iniciativas que se van a tomar, Esparza afirma que Atea ha solicitado una reunión cara a cara con el museo. Por el momento, seguirán recogiendo firmas.

El museo aboga por la libertad de expresión
El Museo Guggenheim se mantiene firme, por lo que la exposición seguirá adelante: "Apoyamos la libertad de expresión". "El equipo ha querido presentar las obras tal y como las hicieron los artista, sin censurar y respetando su contenido y su mensaje", explican.
"Lo que sí que hemos hecho es poner todas las medidas necesarias para asegurar el bienestar de los animales y que no haya ningún tipo de sufrimiento". Además el Guggenheim señala que se han llevado a cabo controles veterinarios y que están muy atentos del mantenimiento de los terrarios.
"Enarbolamos la bandera de la libertad de expresión ante todo y aseguramos que no hay maltrato animal", añaden. También insisten en que los animales no se devoran unos a otros, ya que son especies que conviven entre sí en la naturales, y que la alimentación se realiza fuera del horario del público.
En cuanto a la obra de los dos perros corriendo en cintas, señalan que desde la dirección del museo prefirieron traer otra obra del mismo artista, llamada Freedom, sin entrar en si en esa sí que consideraban que había maltrato animal.