Alguna relación mística debe haber entre el cantautor Víctor Heredia y los argentinos. Su tema Sobreviviendo ha logrado eternizarse en cada marcha, en cada consigna de protesta, en los cánticos de las barras de toda índole.
Y así ocurrió ayer cuando miles de militantes por la despenalización de la marihuana marcharon entre las dos plazas más simbólicas de la ciudad: la de Mayo y la de los Dos Congresos. Junto con la marcha del orgullo gay, la de la marihuana es una de las más festivas.
Aunque hay reclamos para que atiendan sus demandas, nadie tiene el rostro enjuto. Como que saben que aún falta mucho camino por recorrer, pero están ahí: fumándose los porros, uno detrás de otro y también una cerveza, un fernet, un vino. ?Aunque si me dan a elegir, prefiero mil veces el porro?, dice Paula Chávez, junto a su novio Emanuel Pons.
Es el segundo año que participan en esta marcha y esta llegaron con una pancarta con unos versos del tema Bronca, de la legendaria banda Los Gatos: ?Bronca porque está prohibido todo / hasta lo que haré de cualquier modo?. No se ve en ellos bronca, aunque dejan en claro que estuvieron sentados toda la tarde ante el Congreso que ?tenemos derecho a tener la planta, a consumir sin que nos moleste la Policía?, dice Pons.
Esta vez, curiosamente, no sonó mucho la música de Bob Marley, aunque el ?rasta? era la tribu urbana más notoria. Hubo punks, hippies, rolingas (tipo Stone). Lo que sí hubo fueron varias batucadas argentinas necesarias para que la fiesta no pasara desapercibido. ?Hay que cambiar las leyes?, dice Max, con sus dreadlocks .
La marihuana no es una droga. Y si así lo fuera, es un derecho personal. Tampoco somos unos enfermitos como quieren hacernos ver. Una planta no es una droga.
En la línea A del subte (metro), una señora de unos 60 años se inquieta al ver a tanto llenando los vagones. ?Es por la marcha de la marihuana?, le responden. ?Ah, bueno, ya no sabemos de qué quejarnos?, retruca.
?Esta vez no nos quejamos.Esta vez estamos a favor de algo?, le dice un joven que se pierde en la multitud con sus amigos, el olor a marihuana, choripan, empanadas y sánduches, necesarios para una jornada como éstas.