La mala fama acompaña a Gatusso como la perilla a su cara de niño travieso: son inseparables. Este martes, en el duelo de Champions entre Milán y Tottenham, el mediocentro italiano volvió a demostrar que se mueve mejor en la marrullería que con el balón en los piés. En una de las escenas más lamentables que se ha visto en los últimos años, propinó un cabezazo a un asistente del equipo inglés mediada la segunda parte. Tras el partido, repitió escena y a punto estuvo de llegar a las manos en varias ocasiones con miembros del equipo londinense.
Todo comenzó cuando, arrancados ya los segundos 45 minutos, el Milán subió varios escalones el pistón de la dureza sobre el terreno de juego. Flamini primero y el propio Gatusso después se habían encargado de enseñar cómo se las gastan en el fútbol italiano cuando de competitividad extrema se habla.
Sus entradas duras, rozando la roja por momentos, calentaron en ambiente de un partido tenso, cargado de nervios por parte de ambas partes, pero especialmente por el lado rossonero, incapaz de hacer ni una sola oportunidad a los ingleses. El Tottenham dominaba el encuentro y eso no gustaba en San Siro.
Fruto de este cóctel explosivo surgió la chispa que provocó el altercado. Una dura acción local fue criticada con dureza por el banquillo visitante y especialmente por Joe Jordan, asistente de Harry Redknapp.
Este ex jugador escocés de los de la vieja guardia británica (duro, aguerrido y por momentos violento) aprovechó el italiano aprendido tras su paso por el Milán en los años 80 para meterse con Gatusso, a lo que el mediocentro reaccionó como mejor sabe: con las manos.
Le propinó un empujón con la mano a la altura de la yugular. Pese a la presencia cercanísima del asistente y el cuarto árbitro, el colegiado decidió no sancionar con tarjeta la acción del capitán milanista.
Terminado ya el encuentro, el rifi-rafe continúo. Gatusso, ya con la camiseta quitada para que el árbitro no pudiera identificar su dorsal, volvió a picarse con Jordan.
Cara a cara, con apenas unos milímetros de distancia entre uno y otro, las palabras volaron hasta que el jugador no pudo más y propinó un cabezazo al técnico.
Van der Vaart (Tottenham) primero y los miembros del cuerpo técnico del Milán después, tuvieron que separar a Gatusso de su objetivo. Su prioridad era enzarzarse en un combate a pleno puñetazo. Estaba desatado. El árbitro merodeaba por la zona, pero no anotó nada en el acta.
Gatusso sale libre de lo que tenía pinta de ser una expulsión a todas luces. Pese a ello, el italiano no jugará la vuelta tras haber visto una amarilla por una acción en pleno partido. Cumple ciclo y eso le impedirá estar en White Heart Lane.