
Gerard Piqué está en racha. En racha negativa, se entiende. Sin Puyol en la zaga blaugrana, el defensa central ha heredado los galones de jefe de la retaguardia y lo ha hecho con dos fiascos estrepitosos. Su actuación en el Molinón y en el Emirates Stadium deja mucho que desear. Malos partidos que se unen a sus ya regulares actuaciones frente a Atlético de Madrid o Hércules entre otros. Casualidades o no, el inicio de esta mala racha coincide con el terremoto rosa que provocó Shakira al anunciar la ruptura de con su ex, su mudanza a Barcelona y la foto del cumpleaños de ambos en la Ciudad Condal. ¿Está afectando su vida personal al internacional español?
Responder con total certeza resulta difícil, toda vez que también se encuentran razones deportivas que pueden explicar los desajustes del 3 blaugrana. La mezcla de todos estos factores dan, quizá, con la explicación más lógica.
La curiosa coincidencia de fechas
Escapar al terremoto mediático que se ha organizado en torno a la figura de la pareja es casi imposible. El propio Piqué podría haberse puesto en contacto con la policía para denunciar el acoso al que se está viendo sometido por los paparazzi en su domicilio. Pese a ello, la entereza y la normalidad parece estar siendo su estrategia.
La foto que él mismo colgó en su Twitter, en la que aparece con Shakira y otros amigos (como el famoso #eldeloscuadros) es buena prueba de ello. En el entorno del Barça se afirma que fue Guardiola el que le animó a hacerlo para restar hierro al morbo generado en la Ciudad Condal. Quizá no fue un buen consejo.
Los rumores se redoblaron y se empezó a hablar más de un caso que ha coincidido con las peores actuaciones del futbolista.
Cojan el calendario y comparen. La ruptura de Shakira llega el 11 de enero. La confirmación de que se mudaba a Barcelona, el 25 del mismo mes. El cumpleaños de ambos, el 2 de febrero y la foto de la celebración, el 7 de febrero.
Piqué coge los galones de Puyol cuando éste se lesiona ante el Hércules (28 de enero) y sus irregulares actuaciones comienzan ante el Atlético (5 de febrero) prosiguiendo frente a Colombia (9 de febrero) al Sporting (12 de febrero) y Arsenal (17 de febrero).
Las similitudes cuadran esta es la cronología de la crisis
ATLETICO: LAS CRÍTICAS DE PEP
Los blaugrana golearon a los rojiblancos con una mala segunda parte del equipo. Guardiola advirtió a sus chicos: "Si jugamos así perdemos la final de Copa contra el Real Madrid".
Buena parte del mensaje fue dirigido hacia una defensa que, con la entrada de Forlán en la segunda parte, concedió muchas oportunidades. Algunas de ellas llegaron por fallos de Piqué, líder de la zaga ese día.
COLOMBIA: AGUJERO EN LA ZAGA
La casualidad y el morbo quiso que España jugara apenas unos días después frente a Colombia (el país de Shakira) en el Santiago Bernabéu.
Piqué fue titular junto a Albiol y ambos hicieron aguas, especialmente en la primera parte donde la delantera colombiana penetró precisamente por el centro de la zaga. El central, como el resto del equipo, no estuvo a la altura.
SPORTING: UN CAÑO DOLOROSO
En el siguiente duelo, frente al Sporting, nacieron las primeras alarmas de verdad. El Barça fue una sombra de sí mismo, especialmente en defensa.
Destaca que Piqué se dejara regatear por David Barral como si un juvenil fuera frente a Messi. Túnel incluído, el gaditano marcó un golazo delante de las narices del central. No fue el único fallo.
ARSENAL: LA PESADILLA HOLANDESA
El Arsenal también supo aprovechar la mala racha. Motivado por estos errores o simplemente porque es el puesto natural de Van Persie, Arsene Wenger ubicó al delantero holandés en el costado que defendía Piqué. Le volvió por momentos locos.
La primera oportunidad seria del ariete llegó tras ganarle la partida. En el gol iniciar de los Gunner, el 10 londinense le gana la partida y la espalda al español. En el segundo tanto, Arshavin aparece desde atrás justo en la zona que defendía el novio de Shakira. De nuevo mala suerte.
Piqué echa de menos a Puyol
En todo este cúmulo de problemas destaca y mucho la ausencia de Puyol. El propio Piqué reconoce que es un jugador clave para él "porque no te deja en paz ni aunque te vayas al vestuario".
Falta de atención, simple mala deportiva o la influencia de una vida personal agitada, lo único cierto es que el catalán no está en su momento de forma.