Lejos del arrepentimiento, José Mourinho insiste. Lo hace por boca de su portavoz, Eladio Paramés. Este personaje, famoso tras una disputa con Valdano, ha hecho público que 'The Special One' no se arrepiente de lo hecho en la Supercopa de España. Además, este vocal oficioso, ha filtrado un dato extra: el gran enfado del portugués con su capitán. A Mourinho no le gustó la llamada en son de paz de Casillas a Xavi y Piqué. | Dura críticas internacionales | ¿Florentino, por qué no lo destituyes?
Según el diario As, entiende que este contacto telefónico entre los jugadores (y hasta ahora amigos) de la Selección Española es una suerte de muestra de debilidad. Algo así como postrarse ante las teorías 'conspirativas' que señalan a los blancos como los malos de una película en la que sólo el Barça se comporta bien.
Mourinho, afirma el rotativo, está harto de que siempre sena los mismos, es decir, los suyos, los que sean colocados en el pedestal de lo políticamente incorrecto, cuando, según su visión, el Barça comete fechorías incluso peores que las que se pudieron captar ante las cámaras de televisión en el Camp Nou.
La lista de agravios aquel día, según ha filtrado el entorno del luso, es importante:
- Guardiola. Gritó a los suplentes blancos. "Sois una banda, sois una banda".
- Tito Vilanova. Llamo "panda de hijos de p..." al banquillo merengue. El ataque de Mourinho al asistente de Guardiola habría respondido a esta provocación.
- Messi. Escupió al banquillo. Empujó a Coentrao. Mandó callar tras anotar el tercer gol.
- Villa. Su puñetazo a Özil, insulto al islam incluido.
Ante estos gestos, el de Setubal considera que no sólo no debe existir silencio, sino que su respuesta verbal y física fue la correcta para lo visto en el terreno de juego.
Por ello, no comprende que Iker se postre ante los que minutos después del partido calificaron de "lamentable" la actitud merengue (Xavi) o hablaron del propio entrenador como un "problema del fútbol español" (Piqué).
Enfado con Florentino
La indignación de Mourinho va más allá de su capitán y apunta a su presidente. El luso, al igual que en ocasiones anteriores, considera inaceptable que nadie del Real Madrid excepto él saliera a defender al club de estos ataques.
De hecho, se ve a sí mismo como una suerte de Quijote que deshace entuertos merengues sin apoyo de nadie salvo de algún fiel escudero (Karanka, Marcelo, Pepe...) que sale al quite de tanto desplante.
El portugués insiste en que el club debe seguir su linea y respaldarle en estas y otras batallas, al tiempo que pide que exista algún portavoz más aparte de él para, siguiendo su linea, lograr que la presión blanca sobre sus teorías sea mayor y no se reduzca a una voz aislada, pero potente: la de José Mourinho.