El defensa del Real Madrid, Sergio Ramos, protestó este sábado amargamente por la actuación arbitral tras el duelo que midió a su equipo con el Real Valladolid en el estadio José Zorrilla de la capital castellana.
Ramos, que vio anulado un gol suyo por un inexistente fuera de juego, aseguró a la conclusión del choque que el árbitro les perjudicó y que no es la primera vez en la Liga que esto sucede.
"Ya va siendo hora de que se equivoquen para bien", comentó el zaguero andaluz, en unas declaraciones que han causado una enorme polémica entre los rivales del Real Madrid en el torneo doméstico.
Con estas palabras, los blancos muestran una vez más su incómoda posición en el campeonato. Los actuales campeones se encuentran a ocho puntos del líder, el FC Barcelona, que podrían ser once si los azulgranas vencen al Betis este domingo.
Así las cosas, el Real Madrid escenifica su nerviosismo con declaraciones fuera de tono. La orden en el vestuario es clara: todo vale para dar la vuelta a la situación, y no importará generar un clima de tensión con el fin de lograr una remontada que sería histórica en el campeonato doméstico.
Las declaraciones de Sergio Ramos podrían no ser las últimas en esta dirección. El técnico, José Mourinho, mide a la perfección estos detalles, y es consciente de que puede que sea necesario meter más presión para decantar la Liga de su lado. Habrá que estar atentos en próximas semanas para ver qué destino toma un campeonato cuyo presente pocos podían imaginar el pasado verano.