La suerte está echada. Gerardo 'Tata' Martino será, si nada se tuerce, el nuevo entrenador del FC Barcelona. El preparador argentino viaja ya a la Ciudad Condal para firmar su nuevo contrato como preparador culé. Lo hará apenas 72 horas después de que el club anunciara la salida de Tito Vilanova a causa de una recaída en su enfermedad.
En estos tres días muchos se ha especulado sobre cuáles serían los sustitutos del ya ex técnico blaugrana. Zubizarreta y los suyos han tenido, en realidad, mucho más tiempo para decidir quién sería el elegido. Porque Tito Vilanova conocía desde principios de la semana pasada que su nuevo tratamiento le obligaría a dejar el banquillo.
Primero se lo comunicó a los directivos y estos esperaron a la confirmación de su decisión para hacerla pública. Mientras tanto, Zubi no esperó de brazos cruzados y comenzó a mover contactos para saber qué hacer y a quién elegir. Así pues, el club, en realidad, ha tenido algo más de cinco días para dar con el candidato ideal, aunque esta opción, la de la salida de Tito, se venía barruntando en Can Barça desde hacía semanas.
El caso de Luis Enrique
El filtrado final ha derivado en dos entrenadores. El propio Tata Martino y Luis Enrique, actual entrenador del Celta de Vigo y ex entrenador del Barça B (además de mito del barcelonismo y azote del Real Madrid, conjunto en el que militó hasta 1995).
¿Por qué no se ha elegido a Luis Enrique para un cargo en el que cumplía todos los requisitos -especialmente su pertenencia al staff técnico blaugrana-?
Su salida crispada del Mini Estadi, su alto precio y los problemas institucionales que generaría su marcha han sido los motivos que han frenado su deseada llegada al Camp Nou.
Deseada porque cualquiera de las encuestas realizadas durante el fin de semana en los medios de comunicación catalanes daban al asturiano como el técnico ideal para suplir a Tito Vilanova.
Sin embargo, no todos los miembros del FC Barcelona piensan igual, especialmente entre la junta directiva. Luis Enrique fue, durante tres temporadas, entrenador del Barça B, con el que consiguió el ascenso a Segunda División y una histórica tercera posición en la categoría de plata. Sin embargo, y pese a ello, Luis Enrique salió del club por la puerta de atrás.
Lo hizo por roces con varios de los miembros de la dirección deportiva y algunos directivos. Y es que Luis Enrique no entendió algunos fichajes fracasados del Barça B gestionados por cuestiones ajenas al asturiano. Además, desde el club le pidieron que esperase un año más por si Guardiola decidía dejar el club no en 2011, sino en 2012, como finalmente hizo.
Luis Enrique no vio con buenos ojos aquella espera y acabó dejando el club crispado, además, con algunos de los directivos que seguían viéndolo como una herencia de la era Laporta, algo similar a lo que le ocurrió a Guardiola en sus últimos días al frente del equipo.
Para colmo, la gestión del fichaje de Luis Enrique sería todo menos sencillo para un Barça que, si superase estos roces, debería, en primer lugar, pagar la cláusula de rescisión del preparador del Celta de Vigo. Y es que Luis Enrique cuesta tres millones de euros, una cifra elevada para un club que no está acostumbrado a pagar nada por sus entrenadores.
Además, entienden en un sector de la directiva que 'robarle' al Celta a su técnico sería un acto que iría en contra del tradicional estilo culé de respeto por los rivales.
El caso de Valverde
Ya durante el curso pasado se barajó la posibilidad de que Tito Vilanova finalmente no pudiera seguir al frente del Barça por los motivos que han provocado su salida definitiva. En aquellos momentos en el Barça se generaron dos corrientes de opinión marcadas por dos candidaturas. Una, la de Rosell, liderada por Luis Enrique. La otra, la de Zubizarreta, liderada por Ernesto Valverde.
Finalmente ganó la opción de Valverde, entonces entrenador del Valencia. La petición del Barça era sencilla: pedirle que aguantase, que no firmase por ningún equipo y que, en caso de que Tito lo dejase, él sería el encargado de entrenar al Barça. Valverde, a cambio, pedía que se le pagase una cantidad por renunciar a coger ningún equipo para ser el posible recambio de Tito, algo que el Barça no aceptó.
Valverde, pese a ello, trató de alargar su decisión sobre qué equipo entrenaría el máximo tiempo posible. Fue eso lo que provocó que el Valencia acabase aparcando su renovación y apostando por el fichaje de Djukic. Fue entonces cuando el Athletic se interesó por Valverde.
Pese a ello, el preparador siguió alargando al máximo su decisión hasta que, cansado de esperar al Barça, firmó por el Athletic su contrato como nuevo técnico rojiblanco, algo que diluyó la opción de verle sentado en el banquillo del Camp Nou.