Gareth Bale no jugará hoy frente al Copenhague. Probablemente tampoco lo haga el próximo fin de semana ante al Levante. El futbolista galés ha vuelto a sufrir molestias físicas y no ha entrado en la lista de convocados para el debut europeo en el Bernabéu.
Se trata de la segunda recaída desde que se confirmara su fichaje por el Real Madrid. La otra llegó en el calentamiento previo al duelo contra el Getafe.
Ambas, la de ayer y la de hace una semana y media, guardan el mismo patrón: problemas musculares vinculados con su escasa preparación este verano (no hizo pretemporada) y la acumulación de partidos continuados pese a que aterrizó en el Bernabéu con una marcada debilidad muscular provocada, precisamente, por la ausencia de entrenamientos estivales.
La sobreexplotación a la que está siendo sometido se esconde tras estos constantes dolencias, que, para colmo, dejan en el aire cuál será su futuro en el Real Madrid tras un inicio de temporada gris y discontinuo.
Dicho de otra forma: las prisas de Ancelotti y del propio club por verlo jugar han sido las culpables de que, hoy por hoy, Bale se haya pasado más tiempo en el gimnasio que en el césped.
Algo que, además, genera un segundo problema: la presión añadida a un futbolista que ya dejó entrever síntomas de estrés en la primera de estas recaídas, la que se produjo durante el calentamiento previo al duelo frente al Getafe.
Cuantas más veces recaiga Bale y más veces se produzcan estas esperas, más veces se redoblará la presión sobre el fichaje del Real Madrid, algo que cristaliza en nervios que, a su vez, provocan tendencia a sufrir lesiones musculares.
Los oidos sordos de Ancelotti
Gareth Bale fichó por el Real Madrid el domingo 1 de septiembre de 2013. Para aquellas fechas apenas había sumado 45 minutos en toda la pretemporada con el que había sido su club, el Tottenham. Una sobrecarga y su 'rebelión' frente a lo Spurs (se negó a entrenar para forzar su marcha) provocó que el galés no trabajara apenas nada con el resto de sus compañeros.
Por eso, cuando el mismo día 1 viajó hasta Gales para concentrarse con su selección, ninguno de los periodistas que seguían su llegada al combinado nacional prevía que jugase más de 20 minutos frente a Serbia, el segundo choque de los que tenían por delante los galeses en esa semana y media de compromisos internacionales.
Coleman, su seleccionador, le dio algo más, unos 25, para que empezara a sentirse de nuevo futbolista. Tras el partido, el propio técnico advirtió de su situación: "Bale no puede jugar más de 30 minutos. Si lo hace, se expone a que acabe lesionado", dijo.
Sus palabras, sin embargo, fueron desoídas por un Ancelotti que quiso hacer feliz a su afición y a la directiva que tanto esfuerzo había puesto en su fichaje. Bale jugó casi una hora frente al Villarreal en un debut soñado (marcó un gol) pero trágico: Bale empezó a sentir molestias.
En el siguiente compromiso, contra el Galatasaray, el jugador sumó también 25 minutos en la segunda parte de un duelo ya resuelto cuando él entró al cesped. Pese a ello, cuatro días más tarde, frente al Getafe confirmó sus temores: estaba tocado y no podía jugar. Ancelotti, pese a ello, había decidido que debía ser titular, una decisión que no todos sus compañeros compartían.
Ante sus ojos era evidente que Bale seguía sin estar preparado, más si cabe teniendo en cuenta que apenas había seguido un plan específico, pero al italiano parecía importarle poco. Decidió forzar y el galés no paso ni de la preparación previa al partido.
El caso del derbi
La lógica decía que el jugador podría necesitar entre semana y semana y media para estar de nuevo listo, al menos, para ser suplente.
Sin embargo, otra vez, el jugador protagonizó una suerte de recuperación milagro que, en realidad, no fue tal. Menos de siete días más tarde, el extremo volvió a entrar en la lista de convocados para medirse al Atlético de Madrid.
El 0-1 de la primera parte hizo que Ancelotti, de nuevo, arriesgara. Lo colocó de inicio en la segunda mitad y Bale lo dio todo... con tan mala suerte de que el lunes, horas dos días más tarde, se resintió de nuevo de las molestias. Se repetía la misma historia.
Mini-pretemporada de dos semanas
Fuera de la convocatoria, el galés verá hoy a sus compañeros desde la grada. En el próximo partido de Liga repetirá escena. Nuevo capítulo de su mala relación con la enfermería que, esta vez, provocará un nuevo plan específico. Bale hará una suerte de mini-pretemporada de dos semanas y media para estar listo de cara al duelo que los blancos jugarán en el Bernabéu, ante el Málaga.
El parón de selecciones será la tabla de salvación de un futbolista que, por ahora, ha dado más que hablar por sus lesiones que por lo que ha aportado al equipo que lo fichó por casi 100 millones el pasado verano.