Isco y Morata arrancaron el curso acostumbrándose a los vítores de una afición, la del Real Madrid, que los encumbró a la categoría de ídolos. Ahora, ambos jugadores han pasado al lado contrario de la moneda. Ambos se han acostumbrado a no jugar ni un sólo minuto con el equipo merengue.
Frente a la Juventus de Turín, ni uno, ni otro jugaron. Di María, Illarramendi y Jesé fueron los escogidos para salir desde el banquillo blanco. Se trató del segundo duelo consecutivo en el que ambas perlas quedaron su marcador de minutos a cero.
Frente al Rayo, ninguno fue titular y ninguno contó, de nuevo, con la confianza de Ancelotti para trotar, si quiera unos instantes, sobre el verde vallecano. En aquel duelo Arbeloa, Marcelo e Illarramendi fueron los hombres que saltaron desde el banco al campo.
Números para desaparecer
La culpa indirecta de esta sequía la tiene Bale. La recuperación del galés y su buen momento de forma ha provocado que los dos lo tengan más complicado. Con el galés sobre el once día sí, día también, Di María ha visto retrasada su posición al mediocampo (malo para Isco) o al banquillo como primera alternativa en la mayoría de partidos (malo para Morata).
Para colmo, Benzema ha vuelto a estar en forma (malo para Morata) y la llegada de Xabi Alonso ha desplazado a Khedira al interior derecho (malo para Isco). Pues eso. No son buenos datos para unos jugadores que, desde que reapareció Bale han jugado apenas un puñado de minutos.
Aquel retorno se produjo ante el Málaga y desde entonces, las estadísticas hablan de dos jugadores desaparecidos para Ancelotti. Echemos cuentas.
Tras aquel partido, los blancos han jugado contra Juventus, Barcelona, Sevilla, Rayo y de nuevo Juventus. Pues bien, Isco sólo ha jugado 90 minutos (20 frente a la Juve en Madrid y 70 frente al Sevilla) y Morata 12 minutos (los que tuvo contra la Juve en el Bernabéu).
En el caso del canterano resulta curioso toda vez que, ante el Málaga, disputó casi todo el partido y jugó un excelente encuentro, clave sobre todo en la presión a la defensa malacitana. Tras 75 grandes minutos, dejó su puesto a Bale y en el siguiente choque, el Clásico, se quedó fuera de la lista. Nadie en el Real Madrid entendía el porqué de su no convocatoria.
Con Isco el desencanto de Ancelotti viene de lejos. Su mala forma física y una escasa actitud en entrenamientos le ha hecho ser un jugador secundario que está lejos del crack que encandiló al Bernabéu en sus primero partidos con la camiseta merengue.