No las necesitó en el partido de ida, pero sorprendió con todo su arsenal en el duelo de vuelta. Iker Casillas fue ayer el hombre más destacado del Real Madrid con un recital de paradas imposibles que, de nuevo, le colocaron al nivel de lo que venía siendo en los últimos años, esto es, el mejor portero del mundo.
Paradas que, en verdad, no fueron paradas. Fueron (otra vez más) milagros. Y es que el rosario de intervenciones que se vio forzado a ejercer el capitán del equipo blanco decidieron la eliminatoria tanto o más que los goles que consiguieron sus compañeros en el Santiago Bernabéu. Y todas ellas estuvieron marcadas por una misma característica: la inverosimilitud.
Cuando la pelota parecía que iba a entrar dentro del arco, ahí aparecía él para evitar lo que todo el mundo daba por lógico. Cuatro de esas paradas fueron especialmente épicas.
Cuatro intervenciones que evitaron la humillación blanca y sirvieron, de paso, para que Casillas se reinvindicara en su lucha constante por recuperar la titularidad también en la Liga.
1.- El cabezazo de Hummels (minuto 31)
Situénse. Minuto 31 de partido. El Real Madrid ya no es un equipo de fútbol. Es un manojo de nervios. A esas alturas de partido los blancos ya habían fallado un penalti por obra y desgracia de Di María y habían visto como Reus se había aprovechado de un clamoroso fallo de Pepe para ponerse por delante.
Ocho minutos más tarde del tanto del mediocampista alemán, llegó el primer milagro de Casillas. Sucedió en un córner a favor del Borussia, una de esas jugadas que históricamente tanto miedo han dado a los españoles por la tradicional potencia aérea de los germanos.
Entonces, el balón llegó al segundo palo y ahí emergió el central Hummels para conectar un testarazo casi perfecto. La bola iba a la escuadra. Habría sido un golazo, pero acabó en paradón. Iker voló para despejar el esférico. Primera obra del 'Santo'.
2.- El gol de Reus comenzó con paradón (Minuto 36')
El segundo gol del Borussia Dortmund comenzó, en verdad, con otro milagro de Casillas. Porque todo nació en un balón metido al interior del área que dejó a Lewandowski solo, mano a mano ante Casillas.
El polaco no falló con su habitual efectividad y se sacó de la manga un latigazo seco y ajustado al palo que debía haber sido (como sucedió con Hummels) un gran gol, pero no se sabe de donde, Casillas sacó la mano para despejar la bola lo justo. El balón acabó en el palo. Fue en el rechace cuando Reus metió la bola en la portería. Eran los minutos del pánico blanco.
3.- Comienza el recital (Min 67')
Pese a estas grandes acciones, aún quedaba por ver lo mejor del partido. Iker Casillas logró en 120 segundos dos paradas de las que hacen historia. La primera se la hizo a Mkhitaryan, cuando el delantero germano enganchó dentro del área un gran remate abajo que también se cantaba como gol por parte de los aficionados germanos.
Casillas evitó el remate con un despeje magnífico que, con todo, no fue el mejor de su cosecha. Lo mejor llegaría sólo dos minutos después.
4.- La intervención del partido (Minuto 69)
La verdadera parada del partido sucedió algo más tarde, cuando, en otro balón suelto dentro del área, Grosskreutz enganchó un remate mejor que el de Mkhitaryan. Esta vez la bola iba dentro. Esta vez el remate era a una altura algo más elevada y con más potencia. Y para colmo, el tiro se produjo desde el punto de penalti. Apenas había capacidad de reacción. Era gol. Era.
Porque Casillas volvió a volar de un lado a otro para sacar el esférico y mandarlo lejos de la portería. Fue el momento más crítico y la parada más espectacular del encuentro. Quizá la más decisiva.
Dos paradas de mérito más si cabe si se tiene en cuenta que apenas dos minutos antes de la primera, Mkhitaryan hubiera estrella un balón al palo en una jugada en la que Casillas no pudo frenar el esférico, aunque, quien sabe, quizá la estrella que siempre le acompaña le salvó, otra vez más, de un gol que habría mandado al Real Madrid a la calle.