El FC Barcelona negocia ya para que Luis Enrique sea su próximo entrenador. Este lunes, el director deportivo culé, Andoni Zubizarreta, fue cazado por la prensa en la casa que el entrenador asturiano tiene en Gavà de Mar. Junto a él, los dos secretarios técnicos blaugrana. Blaugrana, y en botella. Salvo sorpresa, 'Lucho' será el preparador culé para el próximo curso en sustitución de un Martino molesto con la enésima falta de respeto del club hacia su persona.
Ya poco importa. El futuro se ha instalado en el presente y aunque aún quedan dos jornadas de un curso en el que el Barça puede ganar la Liga, la entidad sólo piensa en lo que sucederá a partir del 30 de junio. Un proceso que liderará Luis Enrique, pero que bien pudo haber liderado Ernesto Valverde. El actual entrenador del Athletic era en verdad el favorito del propio Zubi.
Sin embargo, su contratación se convirtió en un imposible cuando, al poco de comenzar los primeros contactos, Valverde le transmitió a Zubizarreta que no haría nada sin que el Athletic le dejara libre.
Es decir, que su respeto por los rojbilancos y por el contrato firmado con los de San Mamés le hacían encomendar su futuro en el Barça al deseo de los leones. Si la directiva vizcaína le dejaba libre, él se iría encantado a la Ciudad Condal. En caso contrario, se quedaría en el 'Botxo' para seguir al frente del cuarto clasificado.
Como era de esperar, el Athletic se negó a dejar marchar al técnico que les ha devuelto a la Liga de Campeones 16 años después. O el Barça pagaba su cláusula, o el 'Txingurri' no se iría de Bilbao, una opción que no entraba en los planes del propio Valverde.
Así pues, Zubizarreta se vio forzado a virar sus intenciones, dejar a Valverde como plan B y a aceptar las voces de buena parte de una directiva que pedía a gritos la llegada de Luis Enrique. Es la segunda vez que le dice no a la opción del 'Txingurri'.
La primera sucedió a finales de la temporada pasada, cuando se especuló con la opción de que hubiera que suplir a Tito Vilanova debido a su enfermedad. Tanto es así, que el propio Valverde declinó la oferta de renovación del Valencia para esperar al Barça.
Pero el Barça finalmente no fichó a ningun entrenador antes del verano. Tito se quedó y Valverde se vio forzado a decir "sí quiero" al Athletic de Bilbao.
Luego llegó la recaída del desgraciadamente fallecido Vilanova y para entonces era demasiado tarde. Ni Valverde ni Luis Enrique estaban disponibles. No al menos por un coste lógico. Así pues, y empujado por Sandro Rosell, Zubizarreta eligió a un Martino que hoy está desahuciado y al que, salvo sorpresón, le quedan sólo dos semanas y media al frente del club culé.