La mejor temporada del Real Madrid en los últimos doce años ha dejado como regalos la Décima ante el vecino y una Copa del Rey ante el eterno rival. La plantilla ha rendido en líneas generales como se esperaba de ella (la Liga es el único lunar) y ésta se siente bien en el club. Sin embargo, hay varios casos de indignados en el equipo blanco.
Excepciones, en todo caso. Pero algunas de relieve. Se trata de cuatro jugadores cuyo paso por el club no ha sido el que ellos esperaban durante esta temporada. La relación con la grada, el cariño que sienten por la entidad o los minutos jugados son algunos de los motivos.
El caso más complicado es el de Ángel Di María. El argentino lleva un año entero sumido en una montaña rusa en Concha Espina. De estar casi vendido en verano, a contar para Ancelotti y enfrentarse al Bernabéu con su colocamiento para terminar siendo uno de los pilares del equipo en los dos títulos.
Aunque el club le quiere, Di María no se siente apreciado como merece, y a pesar de que hay pendiente una mejora de su contrato, ya habría decidido su marcha. El enfado del Fideo llegaría al extremo de desear su salida. Mónaco, Arsenal y PSG esperan.
Benzema es el otro peso pesado con motivos para la indignación. Y uno de ellos es muy reciente: los pitos que recibió por parte de la afición madridista que se desplazó a Lisboa. Algo que fue muy mal encajado por el francés, que incluso arriesgó el Mundial por ayudar al equipo en la final.
Además, no ha sido plato de buen gusto para el galo el hecho de que su nombre haya sido vinculado a la llegada del delantero soñado por Florentino (primero el Kun, luego Luis Suárez). El Real Madrid tampoco ha pasado por alto sus paupérrimos datos goleadores a final de temporada.
Morata y Casemiro, similares
Álvaro Morata y Casemiro cierran esta nómina de indignados blancos blancos. Ambos tienen motivos y situaciones parecidas. En pretemporada, los dos se alimentaron de las esperanzas de tener muchos más minutos de los que han gozado en realidad.
Los dos han dejado detalles en sus oportunidades, pero no tienen continuidad, algo vital para futbolistas de su edad. Tienen ofertas de Inglaterra (caso de Morata) e Italia (caso de Casemiro), y no sería nada descabellado que los dos dejasen la capital en busca de rodaje.