Este verano pintaba como un período de muchas salidas en el Barcelona. Y, en parte, así ha sido: Alexis, Cesc, Tello, Pinto, Bojan, Cuenca... No obstante, aún quedan varios jugadores que están entorpeciendo la estrategia de Luis Enrique para planificar la plantilla. En concreto, hay dos casos que están haciéndole perder la paciencia. Siga el mercado de fichajes de la temporada 2014-2015.
Son Ibrahim Afellay y Alex Song. Ambos están desde el primer momento en la lista de salidas, pero siguen entrenándose a las órdenes del asturiano cuando quedan menos de tres semanas para el inicio de la liga. Una situación que para Luis Enrique debe terminar de la forma más urgente posible.
De hecho, según informa Mundo Deportivo, 'Lucho' ya se ha encargado de dejar claro a los dos jugadores que esta temporada no jugarán ni un solo minuto en el Barcelona. Un mensaje directo, sin dobles lecturas: no les quiere y les emplaza a irse. De lo contrario, no vestirán la camiseta blaugrana en partidos oficiales.
El asturiano ya les ha asegurado que si se quedan tras este mercado, podrán ser uno más en los entrenamientos, pero todo se olvidará una vez lleguen las convocatorias y los partidos. Allí serán dos jugadores fantasma. No se les tendrá en cuenta en absoluto.
Es esta una decisión propia del personaje que Luis Enrique ha querido instalar en sus primeros pasos como entrenador en el Barcelona: un técnico con poder y autoritario cuando las cosas no funcionan a su gusto. Y esto ha pasado ahora.
Hace un mes, cerca de empezar la pretemporada, Luis Enrique ya advirtió a varios jugadores de que les quería fuera del club antes de los entrenamientos. No quería trabajar con aquellos que no iban a participar a lo largo del curso. De todos estos, aún Song y Afellay siguen presentes.
De los dos, el único que tiene una oferta en firme es el holandés. El Besiktas turco se ha interesado por él, y su salida parece por lo tanto más probable que la de un Song que, además, tiene una alta ficha que complica cualquier intento de venta. De momento, los dos tienen un panorama muy negro en el Barcelona.