"Hablamos de los siete primeros años tras la Guerra Civil en el que el Barça está en manos ajenas. No se rige por sus normas, le imponen directivos desde el franquismo que no son ni socios ni aficionados al fútbol en muchas ocasiones. La obsesión del régimen de Franco era descatalanizar al Barça". Así lo aseguran Jordi Finestres Martínez y Xavier Garcia Luque, los periodistas autores del libro "El Barça secuestrado".
Siempre según estos autores, el proceso de investigación y depuración fue más largo en el Barça que en otras entidades: "El del Madrid es un proceso de adaptación plácido, de tres meses a lo sumo. Al Barça lo intervienen las autoridades franquistas desde enero del 39 a marzo del 40. 14 meses de depuración y exorcismo", explican en As.
Pese a que sobre el verde los resultados son mejores que los de los merengues, "hay una depuración ideológica dolorosa", porfían. ¿La razón? "La sospecha de apoyar la causa republicana y catalanista", ante hechos como su respaldo de la Generalitat, que su fundador -Hans 'Joan' Gamper- fuera catalán y no católico o que su expresidente Josep Sunyol fuera fusilado.
Según estos reporteros, incluso corrió peligro el nombre y el escudo del club por aquel entonces: "El Marca, entonces falangista, propuso cambiar el nombre para humillar al vencido, pero no cuajó. También se propuso quitar las cuatro barras del escudo del club", sentencian.