El Barcelona se impuso ayer en el Clásico al Real Madrid con dos goles que se salen de la dinámica habitual del equipo blaugrana. Uno a balón parado y otro en un pase en largo, a la espalda de la defensa, que dejaron tocados a los dos centrales blancos, Pepe y Sergio Ramos.
El portugués y el andaluz fueron los convidados de piedra en los goles blaugrana. En el 1-0 de Mathieu, Pepe cometió una falta innecesaria que derivó en el tanto del galo. Messi botó la falta de manera perfecta, y el '24' cabeceó ante la pasividad de Ramos, que midió mal el salto y se quedó muy atrás cuando el defensa remató el centro. En esa acción concreta, varios jugadores culés, poco duchos (sobre el papel) a balón parado, superaron a sus marcas.
En el 2-1 también hubo un fallo de los dos jugadores. Dejaron un espacio entre ambos demasiado amplio, poco habitual en una pareja tan coordinada como la suya. Ese espacio fue visto por Dani Alves, que le brindó la asistencia a Luis Suárez, que había aprovechado el pasillo para tirar el desmarque. Al existir tantos metros entre ellos, ninguno de los dos centrales pudo llegar a detener al uruguayo, que también se vio favorecido por la caída madura de Iker Casillas hacia un lado.
Al igual que en el derbi de Copa ante el Atlético (vuelta de octavos de final), los dos zagueros erraron en dos acciones que a la postre fueron decisivas. En ese caso, dos errores de bulto (una entrada sin fuerza en un choque y un pase horizontal entregado al rival) que propiciaron los dos goles de Fernando Torres que acabaron con las esperanzas de remontada.
En partidos de tal envergadura, se requiere la máxima concentración. Cualquier fallo penaliza. Dos pueden costar un partido. En el área contraria, Piqué se elevó como un titán ante los ataques del Real Madrid. Mathieu no estuvo a la altura, tiene a su favor el argumento del gol.
Es evidente que la pareja Pepe-Sergio Ramos es incuestionable en el Real Madrid. Sin ellos, el equipo sufre atrás, como pudo comprobarse en el derbi liguero y las jornadas posteriores cuando los dos se lesionaron. No obstante, sus errores de concentración en partidos grandes están costando caro al equipo. Lo de ayer en el Camp Nou fue un ejemplo claro.