La derrota del Bayern de Múnich el pasado miércoles contra el Oporto se ha convertido en un tsunami que deja en una muy complicada situación a su técnico, el catalán Pep Guardiola, ya no sólo por el resultado (un rotundo 3-1) sino por sus consecuencias. Ayer el histórico médico de la entidad dejó el club por sus fuertes divergencias con el de Santpedor. Antes, dos pesos pesados como Beckenbauer (leyenda del club) y Rummenigge (ex jugador y presidente) también le dejaron en entredicho. La guerra civil en el conjunto bávaro es toda una realidad.
Adiós a un histórico
El hecho más relevante dentro de esta cadena de tensiones ha sido la dimisión de Hans-Wilhelm Müller-Wohfalrt, galeno del club desde 1977 que, cansado de las acusaciones de Guardiola, abandonó ayer la entidad. El último dardo del entrenador llegó el día previo al partido en O Dragao, cuando Pep señaló directamente al cuerpo médico como culpable de que el Bayern llegase a Portugal mermado y sin Ribery o Robben entre otros.
"La situación es la que es: a ellos les faltan algunos dedos de la mano y a nosotros las dos manos. Es una situación difícil, pero hemos convivido con ella durante dos o tres semanas, incluso diría que durante los últimos dos años. Es cuestión de adaptarse", comentó.
Su referencia temporal a los dos años que lleva en Baviera no es casual. Al poco de aterrizar en el Allianz Arena, el entrenador empezó a discrepar de los métodos que usaba Müller-Wohfalrt. La lesión de Thiago Alcántara y sus recaídas fueron el detonante del divorcio absoluto entre el especialista y el técnico.
Guardiola autorizó un tratamiento en España a base de inyecciones de cortisona que el doctor no veía con buenos ojos. Thiago, lejos de mejorar, empeoró y recayó de su lesión.
A partir de ahí se sucedieron las discusiones entre uno y otro. Discusiones que, lejos de esconderse, se airearon. Uno de los momentos más tensos llegó tras la lesión de Benatia. Guardiola, en pleno partido, aplaudió a casi un metro de su cara a entrenador.
Era su forma, de nuevo, de acusarle de esta dolencia. El Bayern está intentando que Müller-Wohfalrt regrese al equipo, pero parece complicado.
Dardos de pesos pesados
A esta dimisión hay que añadir las palabras que tras el partido, dedicaron dos pesos pesados del club al técnico y sus jugadores. Franz Beckenbauer, ahora fuera de la entidad, aunque todavía considerado un tótem para sus aficionados, cargó con dureza contra el equipo.
"Nadie ha dado el nivel. Fue una noche oscura. Dante solo tenía que parara el balón. Si fuera de Islandia o del Polo Norte, diría que llevaba las botas de esquí puestas. Fue terrible", comentó.

Guardiola, a día de hoy, está más fuera que dentro de la entidad bávara a final de temporada. El club ya asumió hace tiempo que no querría renovar e incluso que buscase irse cuando aún le falta un año de contrato. El Manchester City, liderado por los ex del Barça Begiristain y Soriano, ha insistido con fuerza para hacerse con sus servicios en lugar de Manuel Pellegrini.