José Mourinho se encuentra en problemas. Su arranque de temporada con el Chelsea, el peor de los blues en los últimos 29 años y el peor de su carrera profesional como entrenador, le hacen caminar en el alambre y despiertan suspicacias sobre un relevo temprano tal y como sucedió en 2008, cuando fue despedido en (casualidades) el tercer curso de su primera etapa en Stanford Bridge. Una posibilidad que gana peso después de que la prensa británica haya relevado que la mayor parte de su vestuario ya no confía en él. Los conflictos generados por algunas de sus decisiones y la imagen dada tras la última derrota por 3-1 ante el Everton hace que los futbolistas le hayan aislado en el seno del vestuario de Stanford Bridge.
Este panorama, descrito este martes por el diario Daily Mail, se parece mucho al que dejó a su salida del Real Madrid, cuando se marchó del Bernabéu manteniendo apenas un puñado de futbolistas leales.
Apenas Diego López, Arbeloa y Xabi Alonso confiaban en el técnico de Setubal. Ahora, tres años después, el panorama se repite, pero esta vez en la piel de un Chelsea revolucionado con los escasos cuatro puntos cosechados en el arranque de temporada.
Los motivos del divorcio son variados, pero se centran en episodios sonados dentro y fuera del vestuario. El primero de todos ellos llegó en la primera jornada, cuando Mourinho abroncó y apartó de sus funciones a la doctora del equipo, Eva Carneiro, por entrar en el terreno de juego a petición del árbitro a atender a Hazard justo en el tramo final de un partido que los 'blues' empataban a dos en casa ante el Swansea . La facultativa cuenta con el apoyo total de la plantilla. Pese a ello, no ha sido restituida en sus funciones, lo que no ha sentado bien al grupo.
Tampoco gustó a la plantilla la manera como Mourinho señaló al capitán John Terry cuando lo sentó en el banquillo al descanso de la derrota 3-0 frente al Manchester City en la segunda jornada del campeonato. Tras ambos resultados Mourinho cargó contra sus futbolistas asegurando que eran ellos los autores de los errores que impidieron al vigente campeón de la Premier ganar.
Después llegó el fichaje de Pedro, la victoria (2-3) ante el West Bromwich Albion y el parón por las selecciones tras el que los malos resultados continuaron con la derrota en casa frente al Crystal Palace (1-2) y la citada goleada (3-1) del Everton.
Tras este resultado, el portugués se mostró muy nervioso contra el español Roberto Martínez (entrenador del Everton) e incluso fue cazado lanzando improperios sobre el terreno de juego en una imagen que tampoco ha gustado al vestuario y ha incendiado más si cabe un ambiente viciado dentro y fuera del equipo.
Tanto es así, que incluso una inoportuna coincidencia del departamento de marketing de club ha causado un terremoto en este lujoso barrio de Londres. "Hat-trick de ofertas", recaba el mail que recibieron sus aficionados promocionando una oferta justo después del hat-trick del escocés Naismith con el que cayeron en Guddison Park, el estadio del Everton en Liverpool.
Será así como mañana recibirán en Champions al Macabbi de Tel-Aviv de Slavisa Jokanovic, un equipo a priori débil dirigido por un técnico conocido en Inglaterra por lograr el ascenso del Watford a la Premier League. Quizá desde este miércoles, el serbio también sea conocido por ser el preparador que da la puntilla a José Mourinho.
Entidades
Mou en el alambre
