Gareth Bale se ha vuelto a lesionar el sóleo de su pierna izquierda. Es la quinta vez desde que aterrizó en el Real Madrid que este músculo sufre algún tipo de problema que aparta al galés de los terrenos de juego. Más allá del debate sobre si el futbolista causó la dolencia forzando para estar ante Andorra con su selección (País de Gales ya había logrado la clasificación para la Euro 2016), nace una reflexión que va más allá del aquí y ahora. Es una reflexión que mira al futuro y se pregunta, ¿y si vale ya no pudiera recuperarse nunca más? ¿Y si su dolencia fuera crónica y, por fuera, se repitiera de forma cíclica? ¿Y si Bale sufriera el conocido efecto cremallera?
Ese efecto cremallera es una pesadilla repetida en los deportistas de élite (especialmente atletas velocistas) que se han lesionado el sóleo, toda vez que cuando este músculo queda afectado, es sencillo que vuelva a producirse nuevas dolencias. Lo explica el periodista Iñaki Cano.
Cuando el sóleo se rompe, no suele suceder que el músculo cierre y cicatrice al 100%. Eso hace que se eleve el riesgo de recaída si no se cuida la recuperación, si no se refuerza la zona de manera adecuada. Si no hay un tratamiento correcto, si el agotamiento aparece o si se fuerza con frecuencia, el sóleo puede verse tocado de nuevo, abrirse como si fuera una cremallera. De ahí su nombre.
Y eso es lo que parece que está sucediendo con un Gareth Bale que ya se ha perdido 23 partidos desde que llegó a Madrid en 2013 por culpa de lesiones, la mayoría con esta zona como culpable. De hecho, de las nueve lesiones que ha sufrido Bale en la capital, cinco han sido vinculadas con este músculo y otras dos, con el gemelo también de su pierna izquierda. La zurda del extremo acumula siete de esas nueve lesiones
En la diestra Bale sólo ha tenido una rotura en la zona del glúteo y una sobrecarga en el pie diestro.
Por esta configuración muscular tan particular, parece claro que Bale debe ser un hombre que dosifique sus esfuerzos y cuide su rendimiento, algo que, desde el seno del Real Madrid, se critica que no ha ocurrido en la última convocatoria con Gales, cuando jugó en Bosnia 90 minutos (el césped estaba en malas condiciones) y forzó, apenas tres días después, para estar en la fiesta de su país ante Andorra. La clasificación ya estaba en el bolsillo, pero el '11' quería estar en el terreno de juego.
Luego, ante el Levante, Bale volvió a jugar durante 45 minutos. Al descanso fue cambiado, según Benítez y la versión oficiosa del club, porque estaba cansado. Fue después, ya en frío, cuando apareció la molestia. La lesión no fue, según esta postura, el motivo del cambio.
Ahora queda esperar si el futbolista podrá estar Balaídos el próximo fin de semana. Desde el Real Madrid no lo descartan, pero parece complicado. Visto lo visto, explicado lo explicado, quizá la prudencia en los tiempos de recuperación debería ser la tónica para que el hombre de los 101 millones de euros retorne en perfectas condiciones.
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El músculo maldito
