Cristiano Ronaldo logró dos de los cinco goles con los que el Real Madrid goleó al Sporting de Gijón. Sin embargo, su buen partido quedó oculto tras la agresión que cometió sobre Nacho Cases, cuando le propinó una patada después de que el mediocampista rojiblanco le hiciera 'pantalla' en un intento de pared con Benzema.
Al ver que no podía avanzar, CR7 soltó una patada a la altura de la cadera del '10' del Sporting que bien pudo ser interpretada como agresión y roja. El colegiado no vio la acción y no castigó al delantero luso. Una actitud que ya ha repetido en otras ocasiones esta temporada. No es la primera agresión que comete en lo que llevamos de curso.
En la décima jornada, frente a Las Palmas, golpeó a David Simón cuando la pelota estaba también cerca de la acción. Después de que el jugador amarillo cuerpeara con él, Cristiano dejó la pierna izquierda para darle una pequeña patada al contrario, que acabó trastabillado por esta agresión.
Las otras dos agresiones protagonizadas por Cristiano Ronaldo este curso tuvieron forma de codazo. Una, a Krychowiak, mediocampista polaco del Sevilla al que, en una cabalgada en un ataque blanco, le propinó un golpe cuando ambos forcejeaban por hacerse con la posición. El segundo codazo se lo dio a Alves en otro balón disputado en el clásico que acabó 0-4. En ninguna de estas cuatro acciones Cristiano fue sancionado con la roja, como marca el reglamento.
En otras campañas, Cristiano también ha tenido gestos de este tipo. Quizá los dos más famosos sucedieron ante conjuntos andaluces. La temporada pasada, en Córdoba, Cristiano Ronaldo sacó su frustración por su mal partido con una patada a Edimar. El árbitro no vio aquella primera acción, pero sí la que protagonizó en otro córner segundos después, cuando volvió a darle otra patada. En la protesta del córdoba, soltó un manotazo a Crespo. Hernández Hernández lo mandó a la calle.
También fue expulsado en 2010 tras propinar un codazo en la cara a Mtliga, futbolista entonces del Málaga, en un partido en el Bernabéu. CR7 enfiló el camino del túnel de vestuarios después de que Pérez Lasa le mostrara la roja. Mtiliga salió de Madrid con la nariz rota y tres semanas de baja.