Fútbol

Fernando Torres prolonga la caza del Atlético y manda un aviso a Del Bosque

  • Un gol del delantero decanta la balanza para el Atlético en Bilbao
  • La noticia negativa para los rojiblancos, la lesión de Godín
Fernando Torres celebra el gol metido al Athletic. Imagen: EFE.

Le dieron muerto durante mucho tiempo, pero a sus 32 años se ha convertido en el Renacido: Fernando Torres es el delantero que el Atlético tanto buscaba y no encontraba. En su quinto partido seguido marcando (cifra récord en su carrera), el de Fuenlabrada permitió a su equipo ganar en la difícil plaza de San Mamés y mantener la persecución sobre un Barcelona que ha despertado en Riazor. A base de goles, el vilipendiado '9' ya llama con fuerza a la puerta de Del Bosque. Parece difícil una presencia en la Eurocopa, pero ya no es para nada imposible.

De manos del gol de 'El Niño', el Atlético sacó adelante su salida más complicada, la del Athletic, y afronta un panorama benigno, con tres partidos en casa de los cuatro que le restan. Pero no todo son buenas noticias para los de Simeone: Godín cayó lesionado en los isquiotibiales, y su presencia en la eliminatoria de Champions contra el Bayern parece improbable, salvo milagro.

El Atlético ganó en San Mamés porque durante un tramo importante del encuentro lo quiso más que su rival. Para cuando el Athletic despertó, estaba sólo en la cama y su amante se había ido con otro sin posibilidades de reconquista. Y levantarle la pareja a los madrileños es una tarea que muy pocos consiguen: no son los más guapos, pero sí los más resultones.

Con menos mordiente arriba (Thomas entró por Carrasco), todo indicaba una versión conservadora del Atlético, y salvo un par de acercamientos iniciales del Athletic, ocurrió todo lo contrario. Los visitantes llevaron la iniciativa a su manera, poco a poco. Con Filipe y Juanfran activos en las bandas y Koke buscando los desmarques de Torres, los centros al área fueron cayendo. De Marcos evitó el 0-1 cuando Thomas estaba en el segundo palo para marcar y en el área contraria, el único susto se lo metió a sí mismo el Atleti: Godín caía en el 10'. Lucas le sustituyó y otra vez aprobó el examen, al igual que Augusto, omnipresente en el centro del campo en la papeleta de sustituir a Gabi.

La dinámica positiva del Atlético rompió del todo en el 38', cuando Fernando Torres remató de cabeza un centro tocadito de Griezmann desde la frontal. El testarazo, abajo, fue inapelable y certifica lo que se barruntaba en semanas anteriores: a día de hoy, resulta difícil saber si hay un delantero español en mayor forma que él. Como Soria con las offshore, Torres cometió un delito sin saberlo del todo: había matado al Athletic.

En la segunda mitad, el Atlético dio el típico paso hacia atrás, pero el Athletic puso mucho empeño en que el paso se transformase en tres. Primero de forma tímida, con un disparo de Beñat y un cabezazo de Raúl García. Más tarde, con una sucesión de centros al área que sí metieron miedo, con San Mamés rugiendo y la Champions en juego para los bilbaínos. Con Carrasco por Thomas, los de Simeone quisieron ser más afilados arriba, pero perdieron el centro del campo.

Sin Godín, el Athletic vio en el juego directo la mejor arma posible para batir al Atlético, pero se fue al combate sin espada: Aduriz. En las segundas jugadas, sí lo pasó mal el Atlético. Los 'Leones' metieron más fuerte la pierna, llegaron antes a los cruces...pero aún así se estrellaron en el muro rival. Williams lo tuvo muy cerca, pero en un rechace recibió de espaldas, y antes de girarse ya estaba rodeado de nuevo. San José tuvo un disparo franco, pero no pasó la tela de araña de jugadores colchoneros.

El agobio llegó a su punto máximo, pero el Atlético encontró dos resquicios de aire en Carrasco, que dejó la emoción hasta el final al fallar dos tiros con la zurda dentro del área: uno, tras un fallo de San José que hizo lucirse a Iraizoz; otro que se le fue arriba tras dos buenos quiebros. No hubo respuesta del Athletic, que gastó sus pocos cartuchos sin éxito.

Por cuarta vez en cuatro partidos, el Atlético se impuso en el Nuevo San Mamés, y esta ocasión la victoria importa casi tanto como la de 2014: bien podría valer una Liga. Ahora, firmada con la rúbrica de alguien que primero sacó la mano de la tumba y después el cuerpo entero. Torres no estaba muerto, estaba de parranda. Y gracias a eso, el Atlético sigue de caza.

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