El FC Barcelona está siendo noticia en el presente mercado estival ya no tanto por sus fichajes (hasta ahora Denis Suárez, Umtitit, André Gomes y Digne) o no fichajes (se sigue buscando un '9', pero el asunto se resiste), sino por las múltiples salidas que están produciéndose. Hasta la fecha, siete jugadores han abandonado el Camp Nou y lo han hecho por un precio muy inferior al de mercado o, incluso, a coste cero. En total, el club ha recaudado trece millones de euros por este concepto. El Barça se ha convertido en un mal negocio para las ventas.
Los nombres de estos ya ex blaugranas son Adriano, Marc Bartra, Alen Halilovic, Martín Montoya, Sandro Ramírez, Alex Song y Dani Alves.
Los tres primeros son los únicos que han dejado dinero en las arcas culés, claro que con matices que conviene aclarar. Por ejemplo, Bartra apenas le costó ocho millones de euros al Borussia Dortmund porque una cláusula en su contrato fijaba que si no jugaba una determinada cantidad de partidos, su libertad se vería abaratada considerablemente. El valor del internacional es bastante mayor que el traspaso finalmente abonado
Halilovic ha firmado por el Hamburgo también por una cantidad que se antoja menor que el valor de mercado. Los cinco millones que ha dejado se antojan escasos para este joven internacional croata que podría retornar al Camp Nou por 8 'kilos'.
Con Adriano sí que se podría hablar de buen negocio. El brasileño costó 10 millones de euros en 2010 y, tras seis años y un rendimiento más que aceptable, se marchó al Besiktas por 600.000 euros que podrían ser 1'7 en función de objetivos. Se da el caso, además, de que gracias a su marcha, el Barça libera su ficha de la plantilla, algo necesario en un grupo con una masa salarial disparada en el que el margen de maniobra es escaso.
Ésta es también la única lectura positiva de una salida que, ésta sí, conmocionó al barcelonismo. Dani Alves abandonó a principios de verano el Camp Nou sin dejar un solo céntimo. ¿El motivo? Una cláusula firmado tras su renovación hace un año le permitía salir de manera unilateral sin indemnizar al club. Fue un acuerdo pactado fruto de la situación desesperada del Barça, con la sanción FIFA todavía en vigor. En todo caso, Alves liberó un jugoso salario, pero enfadó a un Luis Enrique que contaba con el brasileño.
Montoya, Song y Sandro son casos diferentes. El primero tenía un notable mal rollo con el entrenador y su marcha era obligatoria sí o sí. Fue usado en la negociación por André Gomes con el Valencia.
Song se ha marchado al Rubin Kazan en un traspaso que tampoco ha reportado más beneficio que deshacerse de un futbolista fichado en la era Tata Martino y que pasó desapercibido en el Camp Nou. Costó 18 millones de euros.
A Sandro se le abrió la puerta de salida sin pedir nada a cambio como contraprestación de que el muchacho aceptara la propuesta del club cuando, hace un año, le rogaron que se quedara pese a tener buenas ofertas. Lo hizo a sabiendas de que jugaría poco. De ahí que su adiós al Málaga también fuera gratis.
Y ahora sólo queda por completar la marcha de Douglas, otro caso espinado desde su origen que ahora se podría enquistar: 'Lucho' no lo quiere, pero el jugador se niega a salir. En todo caso, su venta sería también a coste cero.